jueves, 9 de diciembre de 2021

Camino del amanecer


Vereda de los tilos,
altísimo perfume de la corteza oscura,
flor al vuelo: nieves que aroman la vereda.
La hora de la luz apenas luz, 
toda en promesa, camino sin estreno,
hace la ciudad a nuestro paso
y mece resplandores en la mirada.
Tu música destila, 
gota a nota,
un licor de tiempo, mosto de silencio.
Y esa hora de la luz apenas luz
acaricia las manos que acarician;
delinea el trazo tenue de tu figura firme.
Y entonces destreza su esfumino:
te libra de sombras suavemente
y retrata tu voz en tu ventana abierta,
batiendo soledades amorosas, por las que voy al día
traspasando la hora de la luz apenas luz.