miércoles, 27 de enero de 2021

Romances a campo abierto /8


Romance del arriero

El aguilucho vigila
desde el poste de un crucero
y ve pasar al vacaje
–disciplina de un sendero
que lo lleva a la bebida,
frescor al calor de enero.
Taciturna va la tropa
con la mirada en el suelo
y el polvo de la vereda
pone al aguilucho inquieto.
Busca otro palo, otro alambre,
con un apenas de vuelo;
y sabe dónde ponerse
y para dónde va el viento.
Un animal del montón
parece que lo está viendo
y hasta parece de pronto
que con sorna está sonriendo.
Pero llegan uno a uno
felices al bebedero
y el aguilucho los mira
como si él fuese el arriero.