Ya no tendremos que vadear la muerteni navegar las aguas del olvidoni bogar las memorias luminosas.Nos basta la presencia verdadera,en una eternidad que nos cobijahora tras hora en este valle umbroso.Estamos de este lado del instantey en carne y hueso andamos sin distancias,mientras el tiempo se devora el mundo.No hay más espacio que esta primaverani más destino que seguir tu pasoni alegría mayor que tus palabras.Ya atardeciendo, me han donado el gozo
de conocer la cifra de tu nombre.