– ¿Lo viste?
– ¿El pájaro?
– Sí..., ¿lo viste?
– Sí. Qué raro el color, ¿no?
– Muy raro... y tan chiquito..., qué lindo es...
– Ahora no lo veo... voló...
– No, yo tampoco. Qué lástima. Y qué lindo cómo canta.
– Lástima, sí...
Y no lo volvimos a ver. Ni a oír. Pasó la tarde y no volvió a aparecer.
– ¿Estamos buscando al pajarito de ayer?
Era la mañana siguiente, casi al mediodía.
– No..., no... Estamos caminando...
– Querés volver a verlo...
– ...
– Por ahí aparece. O no lo vemos nunca más. Eso también sería lindo, ¿no?
– ...
– De veras, te digo. Una cosa única, una sola vez...
– ...