sábado, 10 de octubre de 2020

El río


Fue una mañana inesperada de dos primaveras juntas.

Entonces un llano se abrió al cielo.

Y brotó una mansedumbre hacia el este
que fluía delicadamente,
mientras acariciaba manzanillas diminutas 
y el dorado de unos dientes de león sedientos.

Oí su rumor,
y su rumor me atrajo: 
aromaba como un perfume de mujer.

Ahora, por una llanura azul y bajo un cielo de plata,
había un agua nueva y fresca. 

Amorosamente limpia.

Remansada, rítmica, graciosa, libre. 
Orladas sus orillas de dos primaveras.

Cantaba susurrando como un río.

Era un río.