martes, 18 de agosto de 2020

Agosto


En la luna montado, puro brío,
llegó, todo en promesa.
Lleva arreos de vientos y de rosas,
y espuelas de rocío.

En el aire gobierna mariposas.

Canta y su voz es brasa, luz, pavesa.
Y su canción, navío.
Y suena a mar, en olas poderosas.
Y vierte entre las cosas
esa tormenta de su amor bravío
que llega al alma y cesa,
y es carga que no pesa.

(Empresas amorosas,
dulce empresa:
librar con fuego al corazón del frío,
y con hebras celosas
–arte sutil y gozo de princesa–
volverlo al señorío.)

Las horas luminosas,
sus noches de silencio y amorío.
Y una dicha sin tiempo que regresa,
el don y la sorpresa,
nuevas palabras viejas, misteriosas.

Agosto y su promesa.
Agosto como un claro y quieto río.
Agosto en las miradas temblorosas.

Y unas manos ansiosas.
Y este vino tardío.
Y una boca que besa.