jueves, 2 de abril de 2020

Aquí no ha pasado nada


(Aire de cancionero)

No termina la jornada
de este mundo mientras dure,
sin que haya quien asegure
que aquí no ha pasado nada.


En esperanzas baldías
y en desamor sin contento
se lleva como hoja el viento
el mundo mis alegrías.
Poco valen las porfías
que protesta mi alma en pena:
cuando la tormenta truena
y el cierzo lo hiela todo,
tristes vamos de este modo
sujetos a su cadena.

Y el mundo impasible calla,
no sufre con mis dolores,
ni le lastiman rigores,
ni me asiste en mi batalla.
En su desprecio canalla
de todo lo que es más noble,
no le hace mella que doble
mi espalda bajo su yugo,
de mis venas sorbe el jugo
y todo en mí lo avasalla.

Mas si esto pretende el mundo
que con tal vara me rige,
así el corazón me aflige,
pero no hasta lo profundo.
Pues, aunque esté moribundo,
antes que llegue la muerte,
sabrá que un amor más fuerte
resiste su herida fiera,
que aunque me deja que muera
me hará vivir de otra suerte.

Porque al fin de la jornada
de este mundo mientras dure,
habrá quien mi herida cure.
Y aquí no ha pasado nada.