viernes, 3 de mayo de 2019

Hoy vas a entrar en mi pasado


Algo más sobre El druida, 5.

Algo más queda por decir.

El título de la entrada es un verso feliz de Los Mareados, un tango que tiene su historia, originarios tintes oscuros (se cantó por primera vez en una obra teatral, Los dopados). Tuvo letras distintas (además de varios tíulos) y de distintos autores desde que nació, sólo música al principio. La letra de Enrique Cadícamo es la que se canta hoy día y fue compuesta en los años '40, unos 20 años después de ver la luz la música.

Hace años, en esta bitácora me ocupé de Paul Géraldy y sus versos "inspiradores" para la letra que Cadícamo hizo para la música de Juan Carlos Cobian.

Y se me apareció ese verso a propósito de la edición del último número de la revista entusiasta y de las circunstancias alrededor.

Pensé, por ejemplo, que durante estos 30 años, y más en los últimos 25, la revista estaba como si dijera fuera del tiempo, por inconclusa.

Hasta ahora, no había entrado en mi pasado. Ni en el pasado. Era algo pasado que no terminaba de entrar al pasado.

Tendrá a partir de ahora una existencia entera y pasada; aunque tan del pasado como perenne en algún sentido, por aquello de Horacio que curiosamente va en el epígrafe de ese último número: ...non omnis moriar. No moriré del todo.

Y es verdad: en ese sentido que dice Horacio no morirá del todo.

Como es verdad que ya fue.

Es la diferencia entre el pretérito imperfecto y el pretérito perfecto.

No fue del pasado enteramente mientras no terminó de ser del todo, por decirlo de algún modo. Porque de algún modo seguía siendo, seguía in fieri, devenía.

Pero ahora, ya está.

Porque, al terminar de ser, entró triunfante al pasado veramente.