Gentiles
Nosotros los que somos hijos del hombre aquel
que nació de otra sangre y no la de Israel,
Nosotros que anduvimos por desiertos lejanos
y que desde el Calvario ya somos Sus hermanos,
Pusimos sobre el hombro un momento su Cruz
y con eso heredamos la Gracia de su Luz:
Los hijos de Simón de Cirene tuvimos
un lugar junto al Hijo, que entonces conocimos.
Y desde allí nosotros, que nacimos gentiles,
entramos como ovejas de otros nuevos rediles.
La puerta del aprisco se abrió de par en par
por seguir al Doliente y ayudarlo a llevar
El madero precioso en el que, coronado,
reinó ya para siempre, nosotros a su lado.