miércoles, 24 de abril de 2019

Ausencia de la rosa


Su misma sangre ardida,
y ese mismo aromar la tarde, el viento,
y en cada movimiento
hacer tallar sus púas en la herida.

Espinas de su tallo,
verde noche y ajado de sus hojas,
la soledad florida de su mayo,
siempre en flor sus congojas.

Fantasma de color su lejanía;
un brazo jardinero
carpió el olvido en el jardín entero
donde la rosa ardía.