domingo, 24 de junio de 2018

Amparo


Como en entradas anteriores, también en ésta.

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Pero pienso a la vez si son los textos los que buscan amparo. ¿A qué le da cobijo la bitácora?


Repasar los papeles y las páginas dichas o escritas. Y ver que van quedando en un reposo de carpetas. Ya han cumplido su misión, de algún modo han sido publicadas al decirlas. Y están en quienes las leyeron u oyeron, tal vez.

Pero sin embargo tienen un origen que permanece operante, tienen una inspiración que busca su puerto, aquel de donde salieron. Aquel hacia donde al fin y al cabo se dirigen, porque a la vez que puerto era su motor y su dirección.

La bitácora, me parece ahora, puede ayudar a que esas palabras lleguen a su destinatario y de algún modo permanezcan en él, vivas. Y mientras estén vivas, dialogarán.

A diferencia del estante en el que ahora quietamente están, al amparo de esta bitácora podrá ser que se renueven, y entonces hablan otra vez. Y nacieron para ser dichas. Nacieron dialogando y para dialogar.

Y, una vez que mi propia voz vaya al silencio, volverán a hablar si esta bitácora les da amparo. Y entonces seguiré dialogando a través de ellas. Y alguien más dialogará con ellas, con las cosas y hasta conmigo, si acaso.

Porque es verdad que la vida del espíritu y la del corazón (el corazón hondo y amoroso de los antiguos, claro) es dialogal en su naturaleza. No son solamente ideas o palabras que refieren cosas. Son -deberían ser- iluminaciones: las cosas iluminando el espíritu, el espíritu alumbrando las cosas. Y todo eso para un tú que no soy yo, sino otro espíritu deseoso de ver y sentir y gustar lo mismo que hay de gozoso en todo lo que es y puede ser gustado por nosotros.

Nacieron del gozo y en el gozo. Y tal vez el amparo más que nada ampare ese gozo y alcance a donarlo a quien, como un servidor, ha vivido en ese gozo y ha querido vivir alimentándose de él.


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Varias veces me tocó en suerte decir algo sobre Leopoldo Marechal. Pocas veces de su prosa.

Por eso.

Dos escritos. Uno sobre Adán Buenosayres como timonel en su viaje a la Belleza

Otro, tratando de ver la mirada política y poética de Marechal: Adán Buenosayres y Megafón, poética celeste y política terrestre.