lunes, 3 de julio de 2017

Memorial de Romeo


No jurar por la luna.

Por la inconstante.

No jurar por el nombre de las flores,
ni por el ruiseñor
que desgarra la ausencia 

con su queja.

No jurar por el día sin sombras
ni por la noche sin luz.

No jurar por el arroyo manso,
ni por el bosque
que cuida tu sueño y tus días.

Ni por la voz de las tormentas.

Ni por el silencio del llano.

Juro mi amor y me callas.

No jurar, me decías, y juraste
tu propio amor
antes de que la flor galana abriera su capullo.


Y ahora 
voy dichoso en el alba dichosa,
ebrio de juramentos.