miércoles, 14 de junio de 2017

Isolda la bella


La costa gime. Isolda navegando
va a su puerto en Bretaña. Malherido,
Tristán, que sueña un cielo florecido,
ve por el cielo un águila volando.
La vela blanca izó y va quebrando
el mar, que Isolda apura, embravecido.
Tristán despierta, ajeno, entumecido,
y otros ojos, por él, la están buscando.
Isolda llega. Corre. Se ilusiona.
En su lecho, Tristán ya desespera:
hay una voz amante y lo traiciona.
Lo besa Isolda y con su beso leve
ya se deja morir, triste, a su vera,
para que Amor hasta Tristán la lleve.