Insomnio
Te vi en la noche.
Yo te vi.
¿Te creías amparada,
así, asomada apenas,
confundida con el aire del este?
No me viste, incendiada y fría como estabas.
Oculta en un azul que ardía de tu luz.
Te vi quebrarte entre ramajes,
y silenciosa, como un amante nocturno,
te vi mezclarte entre la púrpura de flores quietas,
subiendo los peldaños de las cosas;
y después traslucir las veredas de piedra
y al fin rodar hacia mí con tu séquito de esferas y de ángeles.
No me veías.
Yo sí.
Y toda la noche estuve viéndote,
y quise verte siempre,
verte toda la noche de un día.
Ver cómo lucías al amanecer.
Y a mi costado.
Y te vi.
Y no me viste.
Luna de junio,
pastora del cielo.