lunes, 9 de noviembre de 2015

Cántico


Mírame alrededor,
¿no ves mi ausencia en todo?

Esa nube ceñuda,
que va a parir un trueno cuando menos lo esperes,
no es mi faz.

Ni ese trueno es mi voz.

La nube es una nube; el trueno, un trueno.

Encontrarás el agua en los arroyos;
en los vientos, el aire,
y la piedra en la sierra árida.

El ceibo sangra flores,
no mi sangre.

No están mis pies en nada,
ni mis manos tienen huellas o perfumes.

No tengo pies ni manos.

Lo que ves son raíces. Y ramas y flores y frutos.


Mírame alrededor.


Estar en todo yo se dice ausencia.
La más honda presencia en una noche oscura.


Soy el silencio.