miércoles, 28 de octubre de 2015

Tu mano hiere el aire


Tu mano hiere el aire y yo suspenso
la veo alzarse y dibujar estrellas
en un jardín de soles, trazas bellas
siempre al amparo de tu azul inmenso.
Voy a tu mano frágil indefenso
sembrando mis requiebros en tus huellas,
hasta que dejo el corazón en ellas:
no hay gozo más azul ni más intenso.
Tu mano traza el aire y lo conjura;
me gobierna en tu ley con brisa pura
y tanta suavidad, que me estremece.
Ves que llego a tu mano peregrino
y toda la fatiga del camino,
como si nunca fue, desaparece.