jueves, 3 de abril de 2014

Última advertencia del otoño



Ya amanece... 

Despierta.

Es preciso llegar al amparo del día.

(Suena una voz estéril, sin amigos ni paz,
que llega de jardines descuidados,
de malezas antiguas,

y balbucea canciones como conjuros de invierno...

No la oigas.

Es la muerte.)   

En los fresnos del aire se dora la mirada.

Sigue.

En el camino, sin falsía,
te espera el gesto puro de un manantial que es mayo
y que libra las raíces de los tientos de la noche,

como una primavera.