miércoles, 1 de septiembre de 2010

Septiembre

Septiembre nace frío, húmedo y barroso, con una llovizna ínfima, mojadora. Y el viento.

Pero es septiembre.

Y temprano tiene que ser: a oír la madrugada, mate y cigarro en ristre, se va temprano.

Porque empezó el tiempo en el que la mañana se oye antes de que se la pueda ver.

Es el zorzal que vuelve.

Septiembre está pariendo zorzales por el aire.
Y ellos respiran cantos que trinan como luces
en medio de una noche que, inquieta todavía,
ruge vientos que lloran lloviznas en la hierba.

Septiembre llega y nace. Un zorzal pregonero
proclama, entre las hojas de un sauce que murmura,
que agosto dio sus días, y que su sangre corre
ahora por las venas de ciruelos y tilos.

Septiembre cruza el tiempo y deja atrás la noche.
Y siembra por las ramas de su invierno natal
brotes verdes, zorzales, una luz quieta y niña.

Septiembre ya es septiembre. Ya es el mundo en septiembre.
Lo han dicho los zorzales. Mi corazón lo ha dicho.
Y se oye que es septiembre en la voz de este día.