viernes, 1 de enero de 2010

Umbral

A veces, Señor, uno está tentado de decir que si querías que fuéramos como lirios del campo nos deberías haber dotado de una organización más semejante a la de un lirio. Pero ése, supongo, es precisamente tu gran experimento. O no, no un experimento pues Tú no necesitas andar averiguando cosas. Tu gran empresa, más bien. Hacer un organismo que también es espíritu; realizar ese terrible oxímoron, un “animal espiritual”. Tomar un pobre primate, una bestia llena de terminaciones nerviosas, una creatura con estómago que necesita ser llenado, un animal de cría que desea una pareja, y decir “ahora arréglatelas: sé un dios”.
Esto dice C. S. Lewis en el capítulo 4 de Una pena observada.

Este año, me late, va a ser un año memorable.

¿Usted dice ‘duro’, ‘difícil’, ‘peligroso’, ‘terrible’?

Dije lo que dije: memorable. Y digo además que me parece que va a poner a prueba el oxímoron terrible ése del que habla Lewis. Como también digo que “…sé un dios” es un convite-mandato que estará a la orden del día. Y nos medirá.

Sin ser ese “dios”, el hombre parece que no podría ni siquiera ser realmente hombre. Y hoy, menos.

Claro. Está el tiempo y los tiempos. Tiempos duros, dicen que son éstos. Llenos de expectativas y de signos y de pesquisas de signos.

Pero no hay que confundirse. El tiempo que importa es principalmente Kairós. Y los signos serán los signos del Kairós.

A esto se refiere san Agustín cuando dice en las Confesiones (XI, 11):
¿Quién podrá detener el corazón del hombre para que se pare y vea cómo, estando fija, dicta los tiempos futuros y pretéritos la eternidad, que no es futura ni pretérita?
De esto habla Jesús con saduceos y fariseos (Mt. 16, 1-3):
Los fariseos y los saduceos se acercaron a él y, para ponerlo a prueba, le pidieron que les hiciera ver un signo del cielo.

Él les respondió: "Al atardecer, ustedes dicen: "Va a hacer buen tiempo, porque el cielo está rojo como el fuego". Y de madrugada, dicen: "Hoy habrá tormenta, porque el cielo está rojo oscuro". ¡De manera que saben interpretar el aspecto del cielo, pero no los signos de los tiempos!

Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro signo que el de Jonás". Y en seguida los dejó y se fue.
De lo mismo habla san Pablo esta vez (Rom. 13, 11-12):
Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de despertarse, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe.

La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz.
Y esta otra vez (Ef. 5, 15-17):

Cuiden mucho su conducta y no procedan como necios, sino como personas sensatas que saben aprovechar bien el momento presente, porque estos tiempos son malos.

No sean irresponsables, sino traten de saber cuál es la voluntad del Señor.

Y otra vez más (Col. 4, 5):
Compórtense con sensatez en sus relaciones con los que no creen, aprovechando bien el tiempo presente.
Y de lo mismo san Pedro (1 Pe 1, 11-12):
Ellos (los profetas) trataban de descubrir el tiempo y las circunstancias señaladas por el Espíritu de Cristo, que estaba presente en ellos, y anunciaba anticipadamente los sufrimientos reservados a Cristo y la gloria que les seguiría.

A ellos les fue revelado que estaban al servicio de un mensaje destinado no a sí mismos, sino a ustedes. Y ahora ustedes han recibido el anuncio de ese mensaje por obra de quienes, bajo la acción del Espíritu Santo enviado desde el cielo, les transmitieron la Buena Noticia que los ángeles ansían contemplar.

En todos esos pasajes de las Escrituras, la palabra griega que se usa es kairós. Y, en todos los contextos, se usa intencionalmente. Connota del mismo modo y se refiere a lo mismo.

Creo que habrá más necesidad de Kairós que de Chronos en los tiempos de este año, por tentador que resultare tener el cronómetro en la mano. Vamos a ser medidos por el tiempo, no a medirlo. Vamos a ser medidos por Kairós.

Contar menos las horas, mirar más a lo que dicta las horas, como dice san Agustín. Para entender mejor. Los tiempos y este tiempo. Y los signos. Pero más que ninguna otra cosa para estar más atentos a lo significado por los signos que a los meros signos. Y que haya luz.

Y se me hace que quien no quiera ser un dios, en el sentido que dice Lewis, quien no quiera vivir según ese Kairós, sufrirá de más. Y hará sufrir.

Y así se hará más difícil no ser opaco. Y se hará mucho más difícil todavía hacer aquello difícil que decía y pedía Newman de que las propias tinieblas se vuelvan luz para los demás.