sábado, 14 de junio de 2008

Gilbert

Este fragmento del Salmo 16 -aunque algo distinto al original, porque está adaptado a la liturgia- es el que corresponde a las lecturas de este sábado.
Guárdame, oh Dios, en Ti está mi refugio.
Yo digo a Yahveh: "Tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de Ti";
Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras;
Bendigo a Yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye;
pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque Él está a mi diestra, no vacilo.
Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan, y hasta mi carne en seguro descansa;
pues no has de abandonar mi alma al šeol, ni dejarás a tu amigo ver la fosa.
Y termina diciendo:
Me enseñarás el camino de la vida,
hartura de goces, delante de tu rostro,
a tu derecha, delicias para siempre.
Se me hace que bien pudo haberlo proclamado a media voz Don Gilberto, un poco antes de presentarse ante su Refugio, un día como hoy, cuando en este valle corría el año de 1936.

Sé que ahora él ya sabe, además.

Y me alegra pensar que él sabe ahora lo que nosotros esperamos saber un día.

Mientras, me parece, nos acompaña con estos versos, que prueban que él sabe.
A Hymn

O God of earth and altar,
Bow down and hear our cry,
Our earthly rulers falter,
Our people drift and die;
The walls of gold entomb us,
The swords of scorn divide,
Take not thy thunder from us,
But take away our pride.

From all that terror teaches,
From lies of tongue and pen,
From all the easy speeches
That comfort cruel men,
For sale and profanation
Of honour and the sword,
From sleep and from damnation,
Deliver us, good Lord.

Tie in a living tether
The prince and priest and thrall,
Bind all our lives together,
Smite us and save us all;
In ire and exultation
Aflame with faith, and free,
Lift up a living nation,
A single sword to thee.

Gilbert Keith Chesterton