martes, 8 de abril de 2008

Seréis, además, como ángeles

Primero, lo primero, en el orden en que se dio, por lo menos.

En la lección segunda de su explicación de la Encarnación, Fray Petit de Murat op, expone sobre sus causas. Al tratar la causa final, y después de hablar de la causa final principal y de la subordinada, habla de las causas finales secundarias o relativas.
Uno de los hechos que prueba que Cristo es Dios, es que supo con una sola acción redentora -que se desenenvuelve en Encarnación, Cruz, Resurrección, Ascensión y Pentecostés- salvar a lo hombres, vencer al demonio, completar las jerarquías angélicas y elevar a las criaturas irracionales a una participación de la gloria de los hijos de Dios.
Hay un desarrollo casí místico del punto cuarto de los que allí enumera, pero me detengo ahora en su punto tercero: Los redimidos completan las jerarquías angélicas.
El inmenso mundo de los ángeles perdió integridad, armonía y plenitud cuando Luzbel y los que le siguieron se precipitaron con su prevaricación en los inútiles abismos del orgullo y el furor sin términos.

Uno de los fines de la Encarnación fue llenar esos vacíos con los hombres redimidos por la Sangre de Cristo. Dios toma a la criatura despreciada por el demonio para remediar con creces la deficiencia producida por la caída de éste, en la plenitud angélica.

Esa verdad es tradición constante dentro de la Iglesia. Santo Tomás de Aquino (I, q. 108, a. 8) trata en la Suma Teológica y se enfrenta con la mayor objeción que se puede oponer: El ángel, por naturaleza, es superior al hombre. Además los géneros son distintos: El ángel es forma intelectual pura, no recepta en la materia. El hombre es forma vegetativo-sensible-racional, recepta en la materia.

Santo Tomás responde: Si bien, el hombre, por naturaleza, es inferior al ángel, la gracia, en cambio, lo hace equivalente.

La solución manifiesta la magnitud de la perfección que añade la gracia a la naturaleza humana. Santo Tomás, en la respuesta, aplicó la verdad revelada por Jesús cuando dice: (San Mateo XI, 11): "El más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que Juan el Bautista". Anteriormente había asegurado que en el orden natural no había otro más grande que Juan el Bautista.

Jesús también declara que la gracia hace al hombre igual al ángel: Cuando preguntado por los Saduceos sobre la resurrección de los muertos, responde que los redimidos "serán como los ángeles de Dios en el Cielo". (San Mateo XXII, 30)
Parecería que tres cuestiones mayores están relacionadas con esto. La primera es acerca de las causas mismas de la Encarnación. La segunda es acerca de la razón por la cual Dios creó al hombre y qué relación tiene la creación del hombre con los ángeles. La tercera es la mirada de santo Tomás (más allá de la exposición de su hermano argentino en religión) acerca de la naturaleza humana y acerca de la mirada de Dios respecto del hombre. Y en cuanto a esto tercero, si santo Tomás no fuera santo Tomás, y se leyera con atención lo que dice respecto del hombre y de lo que Dios 'siente' por esta creatura, no me extrañaría nada que más de uno dijera sin que le temblara la voz que el Angélico era, cuando menos, progresista o algo así.

Por ahora, esto es todo.

Aunque no estaría de más, mientras tanto y para pensarlas, apuntar dos cosas, vistas con atención las cuales parecería que puede decir lo que dice Fray Mario.
ver

La primera es que la cuestión de la Suma Teológica que trae el autor (I, q. 108, a. 8) se refiere más específicamente a si serán elevados los hombres a pertenecer a los coros angélicos (Utrum homines assumantur ad ordines angelorum). Santo Tomás contesta como se ve que sí: los hombres pueden merecer, mediante los dones de la gracia, tanta gloria que lleguen a igualarse con los ángeles en cualquiera de los grados angélicos; y en esto consiste el que los hombres sean elevados a los órdenes de los ángeles.

Por otra parte, en su comentario a las Sentencias del Maestro Pedro Lombardo, tratando la cuestión acerca de si los ángeles podrían haber sido malos desde el principio de su creación, en una de los argumentos a responder santo Tomás trae un texto de san Agustín que sostiene que el hombre fue hecho para reparar la ruina angélica. En la respuesta a la objeción, santo Tomás dice al respecto que no es el fin principal de la creación del hombre la reparación de la ruina angélica, sino otro: utilitas consequens. Pero también en el articulo cuarto de la cuestión disputada De malo, santo Tomás dice lo mismo, tratando un asunto similar acerca de si el Diablo pecó o pudo haber pecado en el instante mismo de su creación (Utrum Diabolus peccaverit vel peccare potuerit in primo instanti suae creationis). Esto es: que el hombre no fue creado, 'simpliciter' dice en este caso, para reparación de la ruina angélica, sino para gozar de Dios y para la perfección del universo, aunque no hubiese habido ruina angélica. (Quia homo non est simpliciter factus propter reparationem ruinae angelicae, sed propter fruitionem Dei et perfectionem universi, etiam si nunquam fuisset ruina angelica.)

Los textos.

2 D3 Q2 a1: Utrum Angelus in principio suae creationis potuerit esse malus.

3 Praeterea, secundum Augustinum, Angelus et homo, ad minus secundum animam, simul creati sunt. Sed homo factus est propter reparationem ruinae angelicae; non autem hoc esset, Angelo adhuc non ruente. Ergo videtur quod Angelus in principio creationis suae malus et ruens fuit.

Ad tertium dicendum, quod etiam supposito quod homo simul cum Angelo creatus sit, non oportet quod Angelo existente malo, creatus sit homo: quia non est principalis finis creationis hominis, reparatio ruinae angelicae, sed quaedam utilitas consequens, ut supra dictum est. Et hanc utilitatem Deus praevidebat, in cujus praescientia eventus omnium rerum erant. (Super Sent., lib. 2 d. 3 q. 2 a. 1 ad 3)

De malo, q. 16 a. 4 arg. 16: Utrum Diabolus peccaverit vel peccare potuerit in primo instanti suae creationis.

Praeterea, homo fuit factus ad reparandam ruinam angelicam, ut sancti dicunt. Ergo non prius homo factus est quam Diabolus peccando cecidit. Sed homo videtur factus fuisse in principio creationis rerum secundum sententiam Augustini, qui ponit omnia simul fuisse creata. Ergo etiam Diabolus in primo instanti suae creationis peccavit.

Ad decimumsextum dicendum, quod illa ratio deficit in tribus. Primo quidem, quia homo non est simpliciter factus propter reparationem ruinae angelicae, sed propter fruitionem Dei et perfectionem universi, etiam si nunquam fuisset ruina angelica. Secundo, quia homo, ad minus secundum corpus, actu non fuit factus in operibus sex dierum, secundum sententiam Augustini; sed solum secundum rationes seminales. Solum autem illa quae non prius poterant esse in rationibus seminalibus quam in seipsis, secundum Augustinum, fuerunt facta in principio creationis rerum. Tertio, quia nihil prohibet aliquid fieri propter finem futurum, quem homo praescit, sicut aliquis praeparat ligna in aestate propter frigus futurum in hieme. (De malo, q. 16 a. 4 ad 16)