Tienta recordar ahora varios que hablan de asuntos o importantes o actuales. Pero mejor hago un solo apunte, que con eso creo que basta.
El autor hace una pasada por la literatura gnómica, parenética, sapiencial o como se la quiera llamar a esta modalidad de condensar experiencias y profundidades en sentencias que ayudan tanto a pensar como a vivir y las relaciona con las raíces de la cultura argentina, aunque esa parte está menos desarrollada.
Entre otras, hace algunas observaciones atinadas respecto del entendimiento de los refranes y sentencias, la mayor parte de las veces necesitados de una inteligencia más o menos aguda, tanto para saber qué dicen como para aplicarlos con acierto.
Y así, pasa por el Libro de los Proverbios para recordar algunas pocas cosas al respecto.
Por ejemplo, en el capítulo 26 se habla del necio y hay allí dos dísticos curiosos (4-5) que parecen un error o un enigma. Y no lo son, claro.
No respondas al necio según su necedad,
no sea que tú también te vuelvas como él.
Responde al necio según su necedad,
no vaya a creerse que es un sabio.