martes, 8 de mayo de 2007

Un enemigo peligroso

Volví a leer algunos discursos de José Antonio. Incluso algunos que ya cité aquí. Ahora los busqué y los encontré en la red y no necesito copiarlos in extenso. Y los habría copiado in extenso porque creo que no viene nada mal leerlos in extenso.

Uno de ellos es el de Valladolid de marzo de 1934, otro el de Madrid de noviembre de 1935.

Del primero, me queda el sentido de la revolución que plantea. Del segundo, una extensa exposición de cómo podría resurgir económicamente España. Su propuesta es la desarticulación del capitalismo en sus tres versiones: rural, financiero e industrial, desarticulación en orden creciente de dificultad.

Muy bien.

Aparte el hecho de que esté de acuerdo en casi todo, se me ocurre pensar cómo habría sido España si José Antonio no hubiera muerto.

Y se me ocurre que habría sido distinta, no solamente respecto de lo que es -que eso es fácil-, sino según lo que fue sin él, que ya es más complicado.

Hablemos en general.

No soy español, eso es claro. Y no soy un español de derechas, para más datos. Y no soy muy ducho en cuestiones de fina política, lo que es obvio.

Pero si lo fuera, si fuera un español de derechas de fina percepción política, en 1935, José Antonio me resultaría un enemigo. Y un enemigo peligroso.