miércoles, 21 de marzo de 2007

Sciocchezze di mattina

La mañana, agradable, fresca, levemente húmeda pero simpática.

Los pájaros vienen a comer del pan que les convido en el jardín, cerca de la puerta de la cueva. Y cantan, parlotean (con además una invasión de cotorras...)

Va saliendo el sol (el del Este puro y sin desvío del equinoccio...), listo el mate. A por las cosas del día.

¿Un poco de diarios y radio, amasado todo en volutas de noble Caporal? Pourquoipas?

Pero.

Ay.
Ay Nº 1: Un señor bastante francés dice en el diario que no hay más diferencias entre derechas e izquierdas. Lo más trivial -la primera afirmación, tal como está allí, es, a mi paladar, producto de una noche disipada-, es la fundamentación y la confirmación que nos ofrece de semejante sciocchezza.

Ay Nº 2: L'Onorevole Sircana. Es el portavoz de gobierno Prodi. Hay una foto dando vuelta por Italia. Un día, el muchacho -yendo del trabajo a casa- se dio una vuelta por ahí. Arrimó el auto a un presunto travesti en la calle, intercambió unas palabritas, clic foto y el escándalo. Lo más impresionante es el confronto de las razones del Onorevole Sircana y de su intervistador, Massimo Giannini. Por qué no renuncia, pregunta Massimo. Porque no renuncio, contesta l'Onorevole. Por qué debería renunciar, según Massimo. Por qué no debería renunciar, según Sircana. Todo mal. Altra sciocchezza.
Y eso fue el principio. Apenas empezar.

Sciocchezze, beh...!

Exactamente.

Adivinaron.

Eso mismo hice.

Apagué la radio, cerré los diarios y me quedé con el Caporal sin filtro, el mate, los pájaros.

La mañana. Algo más sabroso.

No sé si voy a dedicarles más tiempo a estos dos ayes di sciocco. Y espero que no. Pero si uno los mira bien, he allí casi toda la ley y los profetas. Hasta en lo que tienen de insípido.