miércoles, 27 de diciembre de 2006

Huevadas liberadoras latinoamericanas

Espero verdaderamente que no me ocupe mucho tiempo.

(Y no sé si no será un castigo anticipado por haberme mofado de las huevadas europeas del Corriere della Sera...)

Pasó que encontré días atrás un libro más o menos reciente, cuyo título nomás debería haberme desalentado: Espíritu y lógica del cristiansimo. Dos ensayos sobre Hegel.

Sin embargo, sin hacerle caso a la intuición, me puse a leerlo. Los capítulos son dos y corresponden a dos trabajos distintos.

El primero es un ensayito:
El Alma Bella y la belleza de un alma solidaria
Crítica y reconstrucción de El espíritu del cristianismo y su destino (1798 / 1799) de Hegel, desde la perspectiva de la Teología de la liberación (1971) de Gustavo Gutiérrez.

El segundo es otro ensayito:
La cuestión del comienzo en la lógica de Hegel
Crítica a la posición de Gadamer (La idea de la lógica de Hegel, en La dialéctica de Hegel. Cinco ensayos hermenéuticos, de 1971)
.
Por desalentador que fuere -y sí que lo es, en gran parte-, tiene a su favor un mérito: solamente son 85 páginas de punta a punta. Aunque a mi paladar le sobran unas 15 ó 20...

Encontré algunos textos de Gustavo Gutiérrez citados allí (Teología de la liberación. Perspectivas, 1971), que vienen en apoyo de la alambicada tesis del autor en el primer ensayito, como por ejemplo:
El evangelio anuncia el amor de Dios por todos los hombres y nos pide amar como él ama, pero aceptar la lucha de clases significa optar por unos hombres y contra otros. Vivir ambas cosas sin yuxtaposiciones es un gran desafío para el cristiano comprometido con la totalidad del proceso de liberación (p.357)
Y he allí el quicio de sus agudezas. Hegel se quedó como si dijéramos corto con su almita bella. De haber sido solidaria, otro gallo nos cantara. Una cosa es la dialéctica alemana con sus aristas y redondeces y otra muy distinta es la posibilidad de que revolución y caridad y comprensión vivan sin yuxtaposición, como un desafío (¿existen las aporías en clave dialéctica?) para el cristiano.

Estuve viendo, además de lo que ya vengo leyendo, que el autor (él mismo se ocupa de difundir y cruzar sus propias obras) tiene sus opiniones sobre María Magdalena y que, además de escribir una obra de ficción a ese propósito, hasta le dedicó los versos de una a mis entendederas pretenciosa obra tanguera. Por supuesto que con una previsible mirada peculiar, revolucionaria, osada e innovadora sobre su sentido y destino y su relación con Jesús. Esto es, más o menos lo que ya todos comentan sobre la parejita...

En fin.

Sigo pensando, mientras, qué interés obsesivo es el que parece obligar a llamar teología a estas cosas.