martes, 12 de diciembre de 2006

Dos sonetos

En la despareja de Chávez me encuentro con dos sonetos del Padre Castellani, que no tuve tiempo de ver de dónde salen y si son. Aunque parecen, eso sí.

Uno dice que es de 1943 y el otro de 1954 y no dice más.
Soneto

Con Dios a solas es más peligroso
que con un novio o con un asesino.
Nos pide todo de una vez ansioso
o increpa y amenaza en vizcaíno.
Amante antojadizo y juez premioso
tiene genio anormal, tiene mal vino;
incomprensible siempre y litigioso,
y luego brutalmente paladino.
¡Oh, Dios, me aburres! Tu presencia es dura,
pero los hombres todos me han mentido
y sólo tu verdad puede salvarme.
Poquito a poco, adarme por adarme,
tu lumbre alumbre mi interior sentido,
aunque tengamos que tocar basura.


Los amantes de Teruel

Bien puedo yo cantaros Marsilla e Isabel,
pues fra Gabriel de Téllez, Fraile Visitador,
fue quien primero díjome, pasando por Teruel,
la historia romancesca de vuestro inmenso amor.
Que fue tan fuerte y puro, tan delicado y fiel,
y tan desesperado, que es una blanca flor
de humanidad, ungida sagradamente por
la sangre que pusieron Muerte y Dolor en él.
Oh, no es tan vil el hombre, oh Schopenauer, no...
Se amaron desde niños. Vino la vida. Entró
el cálculo, el engaño y el interés allí...
Y tres años de plazos y veinte de esperar
reposan en la tumba marmórea de ese altar...
No es para amar el mundo. No es para amar... así.