Lo que son las cosas...
Propiamente almas gemelas.
Yo también dejé el Jaguar y el Rolls, abandoné el jet y el helicóptero y hasta la bici, dejé; y ya ni siquiera me dan ganas de caminar...
Cómo no: ¡Everybody al tren!
Es más, y para que vean: ayer mismo volví al pueblo subido al techo del vagón; ahí nomás saqué mi vianda Duchy (siempre va conmigo: pan, embutidos, comidas preparadas, galletas y mermeladas) y, leyendo además la vida del Avispón Verde, llegué de lo más pancho...