lunes, 15 de mayo de 2006

Sobre la causa 'cristiana' del Anticristo

Lo menciono ahora como un apunte, porque tengo que copiar algunas cosas más adelante. Es un libro complejo y tenso. Bastante difícil, a pesar de sus escasas 150 páginas: hace más de 20 años que lo leo y nunca estoy seguro de entenderlo del todo.

No digo que sea en absoluto un defecto de la obra, pero diría que me resulta de una reciedumbre poco común entre las obras de Josef Pieper, impaciente casi. Un libro tenso. Erguido. No lo escribió sentado cómodamente en su escritorio de Münster, me parece. Sobre el fin del tiempo. Sé -por otra parte- que es un libro despreciado por no pocos seguidores de un Pieper más racional y 'moderno'. Peor para ellos, en cualquier caso.

No conozco una edición anterior y me llama verdaderamente la atención que lo haya publicado recién en 1980, porque es un curso que venía dando desde 1948-1949, casi sin variaciones, según dice un postfacio, incluso habiendo publicado aspectos de ese mismo tema en por lo menos otras 4 obras.

En una nota al capítulo II, por ejemplo, se refiere al silencio sobre el Anticristo a lo largo de casi dos siglos y apunta una experiencia personal:
En un florilegio de sentencias, sacado de las obras de Tomás de Aquino (Ordnung und Geheimnis, Munich 1947), he citado también algunas frases que se refieren al Anticristo. Estos textos, y sólo ésos, fueron calificados en una revista teológica como "piezas menos valiosas". (*)
Me sorprende también haber encontrado en un sitio extraño el tercer capítulo de la obra, publicado allí por razones (de cierta conveniencia, digamos) que creo entender, aunque no estoy seguro.

De todos modos, del libro me impresiona particularmente el capítulo segundo. Y de allí, algunos textos de Kant, especialmente aquellos que se refieren a la relación -causal, por cierto- entre el cristianismo y la aparición del Anticristo.

Veremos.


(*) Se refiere al silencio en el ámbito de las elucubraciones científicas y filosóficas, por lo menos, pues cita allí un trabajo que especula sobre el destino del poder atómico, encargado por obispos británicos, casi a mediados del siglo XX.

No me parece que Pieper ignorara el desarrollo teológico sobre este tema durante el siglo XIX. Con todo, la mención de la 'revista teológica', no deja del todo afuera a la propia teología.