martes, 29 de noviembre de 2005

Fin de una edad

En una carta a Colin Bailey, del 13 de mayo de 1964, Tolkien comenta su cuento inconcluso "The New Shadow":
Empecé, por cierto, una historia cuya acción se sitúa unos 100 años después de la Caída, pero resultó a la vez siniestra y deprimente. Como que tratamos de Hombres, es inevitable que nos centremos en el rasgo más lamentable de su naturaleza: su rápida saciedad con el bien. De modo que la gente de Gondor, en tiempos de paz, justicia y prosperidad, se volvería descontenta e inquieta -mientras que los dinastas que descendían de Aragorn se convertirían sólo en reyes y gobernantes- como Denethor o aun peor. Descubrí que en época tan temprana se había dado una cosecha de proyectos revolucionarios en torno a un centro de una religión satánica secreta; mientras que los niños gondorianos jugaban a ser Orcos y se divertían haciendo daño. Podría haber escrito una historia de acción sobre el plan, su descubrimiento y reducción, pero sólo habría sido eso. No valía la pena el intento.
Unos años después, en 1972, retoma el asunto en otra carta, esta vez a fray Douglas Carter:
No he escrito nada que vaya más allá de los primeros años de la Cuarta Edad. (Excepto el comienzo de un cuento que supuestamente se refiere al fin del reino de Eldaron unos 100 años después de la muerte de Aragorn. Luego descubrí, por supuesto, que la Paz del Rey no contendría cuentos dignos de recontarse, y que sus guerras tendrían poco interés después del derrocamiento de Sauron, sino que casi con seguridad se produciría por entonces una cierta inquietud, consecuencia -según parece- del inevitable hastío que el bien produciría entre los Hombres: habría sociedades secretas que practicarían cultos oscuros y otros dedicados a los Orcos entre los adolescentes.)