miércoles, 5 de octubre de 2005

Octubre


Este cielo -esta gloria y este día
de viento y sol, de soledad serena-
le dio, a la luz de tu mirada buena,
azul un aire de melancolía.

Y un sauce que te alumbra en la mañana
respira el verde nuevo. Y ya te nombra
tiritando el zorzal bajo una sombra,
ciego de penas y de resolana.

Esta gloria del cielo en esta tierra,
esta tierra en dolor que huele a vida,
esta vida que cantas y me aferra:

son la dicha y, en armas renacida,
una dicha mejor que estalla en guerra
para vencer y ya no ser vencida.