viernes, 1 de mayo de 2020

Soneto XVI


Siempre mi corazón ha estado en tierra.
Por toda parte yendo, en todo amando
cada cosa que al paso va saliendo;
y, ante la nada en todo, siempre en guerra.
Apenas esta hierba el mundo encierra,
cada gota de lluvia va diciendo
lo que la flor que nace va cantando
al murmullo del cielo o de la sierra.
Sinfonía del mundo que me llama,
voz de una rosa que callada invoca
las alturas hondísimas en ella.
Cada cosa en silencio me reclama
su epifanía, porque la convoca
la voz que nombra su palabra bella.