martes, 26 de septiembre de 2017

De la luz


Fue la noche. La sombra siempre al lado,
siempre al lado y adentro, siempre adentro,
en cada parte, en todo y en el centro:
volverse noche opaca, de asombrado.
Y urgar el día, hallar el epicentro
de la sombra y la noche, y, angelado,
por el aire del día rescatado
topar la luz en ti, ir a tu encuentro.
Salir al sol y andar en claridades,
trazar en rayos tu gentil figura,
quebrar la noche y hasta hendir la sombra.
Y es la mañana. Y sus profundidades
arden de amor y son la vestidura
que te viste y que gozo, pues te nombra.