No es el espacio, porque la distancia
más es tiempo y dolor que cercanía
y estar distante es sólo circunstancia.
Es el tiempo que taja cada día,
y riega en la demora la mudanza,
lo que pone al amor en lejanía.
No es el espacio, porque en su labranza
puede labrar con surcos formidables
y sembrar en los surcos la esperanza.
Es el tiempo, que en horas incontables
puede volver memorias en cenizas,
darle al olvido las inolvidables.