miércoles, 15 de noviembre de 2017

Requiescam


Como un animal voraz
la muerte me anda siguiendo:
voy a entregarle mi cuerpo
y voy a seguir viviendo.

Jorge Calvetti, Copla


Como una sombra dorada y polvorienta,
la vida pasa ahora.
Y fue antes.

Sobre el muelle desierto, hay palomas que arrullan a las aguas
de un mar de tiempo que se aquieta.

Playas grises y arenas tormentosas de luz
se mecen en el viento de este mundo que se aleja de las manos, 
que a paso firme vaga entre nubes espumosas
y recuerdos puros.


Como sombras doradas, 
como sendas de plata polvorientas, 
así fueron los días
sembrados de los cantos de los hombres felices, 
fecundos en lágrimas,
de corazón ardiente.

Oigo el amor.


Oigo risas de niños que murmuran los nombres de las flores.

Mis ojos van entre los campos,
mis manos tienen la memoria de la piedra,
mi piel todavía guarda el frío del aire,
el derredor del fuego.

Todavía mi piel no es solo mía.


Bajo un árbol del todo florecido, 
como anclado en un puerto de hierba,
con raíces de estrellas,

solo, en silencio, 
sin música ni voces,
sin el beso,
descansaré.  






jueves, 9 de noviembre de 2017

El secreto


Claro que es un secreto
, dijo S. con angustia, un verdadero secreto. Preferiría que no existiera. No saberlo. No tenerlo. No llevarlo. Yo no sé qué hacer con un secreto...

M. miraba el río ancho y turbio con las manos apoyadas en los contrafuertes de cemento. El silencio se llenaba con el vaivén del agua rítmica. Parecía un asunto sencillo. La expresión perdida, desdeñosa, decretaba que había resuelto la cuestión.

Con un secreto, dijo al fin M. la voz muy baja y monótona pero que parecía parodiar una lección de química, solamente puede hacerse alguna de estas tres cosas: callarlo a cal y canto y entonces seguirá siendo un secreto y nadie lo sabrá porque será un secreto, denso y ardiente como el magma de las profundidades o silencioso y frío como una noche de invierno; o divulgarlo, y ya no será algo secreto, pero, y aunque muy degradado y sin gracia, al menos será algo todavía, habrá quedado en la categoría mediocre de la anécdota; pero también un secreto puede ser olvidado por completo y ya no será ni secreto ni nada. Es lo peor que puede pasarle. Si no vale la pena, si su substancia es débil, si es de hoja caduca, el secreto se olvidará y desaparecerá, se disolverá día tras día, año tras año y se hundirá como esa ramita... 

Ahora se acodaba en el contrafuerte y parecía mirar de veras una rama endeble que apenas flotaba allá abajo sobre el marrón del agua.

No es para nada fácil. Se necesita algo de lucidez y un poco bastante de coraje, es verdad, dijo M. como si mantuviera otra conversación con alguien más. Sólo hay que guardar los secretos que importe recordar, los que valgan la pena de callarlos, de guardarlos en secreto, aunque muerdan desde adentro. Los demás no merecen siquiera la gloria poco heroica de ser expuestos a la luz del día o a la cerrazón de la noche...

S. oía con avidez nerviosa mientras su corazón se debatía irresoluto y apremiado. Nada de lo que oía le servía para mitigar el miedo y la desazón. Miró con nostalgia el horizonte más allá del río y vio la tormenta que trotaba hacia el oeste, a punto de desbocarse.

¿Lloverá?, preguntó con un interés poco convincente.

M. entendió que la pregunta sólo buscaba alivio, como si la lluvia pudiera lavarle la tristeza y el miedo. Como si un trueno pudiera aturdir lo suficiente el grito sordo de una confidencia mal llevada o de una historia muda y terrible. Empezó a soplar el aire. M. se encogió de hombros con una sonrisa, levantó la vista al horizonte, barriendo con los ojos entornados la línea de nubarrones, tal un cazador que busca el blanco. Volvió a levantar los hombros meneando apenas la cabeza como ante lo irremediable, sonriendo con desgano. Y ya no le contestó.


De El camino frágil (obra inédita), fragmento.




miércoles, 8 de noviembre de 2017

Las consecuencias


Amor con amor se paga.

Un pasaje de la Autobiografía de G. K. Chesterton, en el que relata la situación de su espíritu en su juventud, concluye así:
El ateo me decía con prosopopeya que no creía en la existencia de Dios; pero había momentos en que yo no creía ni siquiera en la existencia del ateo.

Creo que el ateo no se habrá quejado en absoluto.

Es un buen gesto ser consecuente. Y hasta es una fina cortesía.

Por ejemplo, ignorar al escéptico.

Amor con amor se paga.




sábado, 4 de noviembre de 2017

Hora de partir



A veces, los signos son prepotentes.

Se los supone sutiles. Sugerentes. Sutilmente significativos. Y de hecho suelen ser así por naturaleza.

Pero a veces no.

Y es cuando uno se pregunta si no están hablando en voz demasiado alta.

Y no es tanto que uno no quiera oír. Son ellos más bien los que parecen tener un afán incontenible de anunciarse.

*   *   *

En estos días, unas enormes máquinas han cavado la calle, cuadras enteras de mi calle, removiendo la tierra con furia, como Miguel Hernández con la tumba de Sijé, en Orihuela, pero con un empeño muy menos noble.

Unos hombres vinieron. Cortaron árboles, mutilaron fresnos, mi jacarandá, robles, tilos. Todo para abrirse paso y abrirles paso a unas manos de hierro monstruosas y ávidas, que auguran destinos de cemento y asfalto.

Unos carteles de un verde refrescante y municipal, rezan por doquier una frase dudosa: Estamos trabajando para usted... disculpe las molestias.

No para mí.

Entonces, recorriendo ayer y hoy la traza casi toda de tierra y con un poco de mejorado aquí y allá, surcando esa vía que va casi de ninguna parte a ninguna parte, vi signos esparcidos a diestra y siniestra. Su misma traza lo es, ya trozada y destrozada para ser reconstruida en una lápida infeliz.

Dicen que son mejoras y progreso. Signos de mejoras y progreso.

Pero yo no veo eso.

Hace tiempo que veo en esto y aquello, adentro y afuera, arriba, abajo, a los costados, cómo estallan los signos como en un campo minado.


Y es así como pensé que tal vez ya venga siendo la hora de partir.

Adonde fuere, como fuere.

Para lo que fuere.





sábado, 28 de octubre de 2017

miércoles, 11 de octubre de 2017

Octubre, 35


De todos los octubres que me han dado
algunos no recuerdo o me han herido:
octubres que se han muerto o que he vivido
sangrando una tristeza que he sangrado.
De todos los octubres que ha parido
el tiempo en el que he sido destinado,
hay uno que en mis centros llevo hincado
que no conoce el río del olvido.
Allí me esperas. Voy. Porque a tu lado
sólo ese octubre es siempre, sin pasado,
sin otro nombre sino el que he querido.
Ser a tu lado amado es ser amado,
y ser octubre entre tus brazos pido
con la memoria del enamorado.





De la caricia


Fue de tu mano en sencillez morena
requiebro dulce y suavidad de luna; 
gesto feliz que ha puesto en mi fortuna
la oliva de tu sangre y yerbabuena.
Fue como el aire tibio y la laguna
que silba arrullos, placidez serena,
mimbre de gozo que tu mano truena
y cimbra un sueño que tu voz acuna. 
Como la espuma, besa mansamente
los ojos y la sien de un peregrino
que fue de tu caricia ciudadano.
Y desde entonces, agua de tu fuente,
cada reparo que halla en el camino
es refugio que brota de tu mano.  




lunes, 9 de octubre de 2017

Del fuego


Como un incendio y nace en tu mirada,
brasa que fulge, es de tu estirpe sola:
la llama que me luce y tornasola,
la estrella en la que siempre estás bordada.
Eras el fuego, el sol de la amapola,
eras celeste ardiendo de dorada,
y en rescoldos de amor iluminada
eras el aire mismo de la aureola.
Y yo que a tu calor color me hacía
rojo de hierro, antorcha ya despierta,
porque en tu fragua en blanco me volvía.
Me hiciste hoguera en que tu luz se vierta,
y como un ascua en ti resplandecía:
apenas consumida, descubierta.   





jueves, 5 de octubre de 2017

De la lluvia


El oscuro fragante de tu pelo
vagaba por el aire en la tormenta:
gozo en el centro mismo que alimenta
el cielo de tu pelo, el mismo cielo.
Llovizna en plata el viento, sabe a menta
y esparce mi alegría, aguza el celo
con que mis ojos celan el pañuelo
que cubre el pelo que se te insolenta...
Como una niña vas, la lluvia crece
y te estoy viendo ser como la lluvia
furiosa y fresca, y sin sosiego amada.
Mi antiguo corazón, quieto, se mece
en la memoria que feliz diluvia
recuerdos de tu risa enamorada. 




miércoles, 4 de octubre de 2017

Del canto


Me dice el ruiseñor que en la mañana
tu canto lo despierta y enamora
(como entonces a mí, a él ahora...)
con su belleza límpida y temprana.
Todavía es tu voz, tu cegadora
voz de lirio, tu voz samaritana,
que sobre la memoria canta y mana
una nostalgia dulce llamadora.
Porque a tu canto vuelve y encendida
cada tarde sonora en tu regazo,
y el mundo niño que te vio conmigo.
Y al aire de tu voz nunca perdida,
en gracia musical, vuelve tu abrazo
hecho del canto que me dio tu abrigo.



martes, 3 de octubre de 2017

Del río


Por la llanura libre va tu río
que viene a mí sin voz y mansamente
y lo dejo correr. Con la corriente
dejo que vaya todo lo que es mío.
Es tuyo y mío el río, pues su fuente
fluye en nosotros con amor bravío,
que es navegante y a la vez navío
en su coraje líquido y torrente.
Miro en la margen que miramos juntos
el árbol viejo que supimos nuevo
cuando era el mundo cántico y promesa.
Y tiernos y aromados contrapuntos,
que de tu río en la memoria llevo,
vuelven a mí, cuando tu voz regresa.




lunes, 2 de octubre de 2017

Del cedro


Bajo el cielo y tu cedro se dormía
octubre, entre panales y azareros;
bullicios de dulzores y entreveros
de aromas verdes, que tu cedro había.
A su sombra, olvidé los pasajeros
amores que la luna me ofrecía.
Y en su raíz mi savia renacía
y prometía frutos venideros.
Jardinero que dio en otros jardines,
el tiempo recorrió la vida entera
secando limoneros y jazmines.
Hoy es octubre, como aquel que fuera,
y el cedro azul que abraza tus confines
aún me da tu aroma y su madera.




domingo, 1 de octubre de 2017

De la noche


Final de un día de una primavera.
Calle infinita con su luna clara
en la ciudad dormida, quieta y rara,
como si en ella el tiempo no ocurriera.
(Vi a una estrella esculpir sobre tu cara
en verde y plata la dulzura entera,
y una ternura como nunca viera,
que en tu frente alumbró como una tiara.)
La noche anduvo por la calle al paso
que la alegría diera a los errantes
más inocentes que la noche tuvo.
Y como un mar, sin alba y sin ocaso,
meciendo el gozo de sus navegantes,
tan quedamente así la noche anduvo
.




jueves, 28 de septiembre de 2017

De la epifanía


Esperé que en las lunas de este mundo
el silencio del tiempo germinara;
y hasta donde tus eras encontrara,
tracé surcos de mí cada segundo.
Esperé que la siembra se hermanara
con un torrente ávido y fecundo,
como aguacero amante y furibundo
que su miel en lloviznas te donara.
Y esperé. Y esperé. De tanto en tanto,
de tiempo en tiempo, y siempre a la distancia,
soñaba el verde que a mi amor venía.
Hasta que, un día, y como por encanto,
fue un milagro de luz, sobreabundancia
de la fragancia de tu epifanía.




miércoles, 27 de septiembre de 2017

De la rosa


Llega la rosa. Y su rumor sereno
rozó la tarde, floreció la brisa,
y en el blanco de luz de su camisa
vuelvo a ser joven, más sumiso y bueno.
Vuelvo a la edad en que el amor irisa
el aire, en el que duerme quieto el trueno,
porque su voz amansa y pone freno
al corazón, si en furia se me agrisa.
Bellamente la rosa ha convocado
y voy con ella a un tiempo que ha quedado
como semilla en mí que nunca muere.
Bellamente la rosa, en mi costado,
abre su herida que otra vez me hiere
y sangro con su voz, enamorado.





martes, 26 de septiembre de 2017

De la luz


Fue la noche. La sombra siempre al lado,
siempre al lado y adentro, siempre adentro,
en cada parte, en todo y en el centro:
volverse noche opaca, de asombrado.
Y urgar el día, hallar el epicentro
de la sombra y la noche, y, angelado,
por el aire del día rescatado
topar la luz en ti, ir a tu encuentro.
Salir al sol y andar en claridades,
trazar en rayos tu gentil figura,
quebrar la noche y hasta hendir la sombra.
Y es la mañana. Y sus profundidades
arden de amor y son la vestidura
que te viste y que gozo, pues te nombra.



lunes, 25 de septiembre de 2017

Septiembre, 35


Estoy allí y entonces, todavía.
Atardece un jardín, la flor perfuma;
tenue, en un bosque azul, y entre la bruma
de un invierno que pasa, te veía.
El cielo en oro tu sonrisa esfuma;
ya se hace primavera en tu alegría
y un verde de mirar reverdecía
en luz, que luce aún y paz rezuma.
Todo está quieto. Ahora no hay pasado,
ni memoria, ni fecha aniversario.
Pero está vivo el tiempo que viviera.
Y, esta tarde, septiembre me ha llevado
al aire aquel que dije necesario
y a la voz que en tu voz me da y me diera.





lunes, 28 de agosto de 2017

Cuadernos de ens /3


http://www.mediafire.com/file/6dyi4a0ft8dsirz/el+reino+y+otros+ensayos.pdf


Este tercer Cuaderno recopila cinco escritos compuestos en los últimos 25 años y su relación con esta bitácora está explicada en las palabras que introducen estos ensayos en el volumen que aquí queda.

Todos estos escritos tienen el denominador común de tratar asuntos relacionados con la expectativa de los últimos tiempos de la historia y extienden la mirada -con temor y temblor, ya que es materia delicada- a lo que se vislumbra de la metahistoria, y esto porque si una mirada de tales cuestiones se entiende cristiana, no puede limitarse al tiempo histórico, en ningún caso.

Que esta publicación aparezca el día de la fiesta de san Agustín, no debería ser visto como una casualidad, aunque no haya sido con intención de un servidor que así fuera.






domingo, 30 de julio de 2017

Cuadernos de ens /2



http://www.mediafire.com/file/8h6op0m2ihc4cd7/la_belleza_como_esperanza.pdf


Fue para marzo de 2009, como dice la noticia que introduce este segundo Cuaderno.

El escrito se refiere a la belleza -y a la Belleza- y aplica las reflexiones a asuntos escatológicos. Y eso en razón de que fue compuesto para exponerse en unas Quaestiones quodlibetales in spectatione Christi, que se debatieron en esa fecha en Nogoyá, convocadas por el magnánimo y magnífico anfitrión de aquello, que fue Federico Mihura Seeber.







lunes, 24 de julio de 2017

Cuadernos de ens /1


 http://www.mediafire.com/file/pc0asjqcadvvb2v/sobre_la_causa_cristiana_del_anticristo.pdf


Éste es el primero de una serie que lleva nombre simple y obvio: "cuadernos de ens".

Recopilación de escritos que directa o indirectamente, en todo o en parte, han ido apareciendo en esta bitácora y que un servidor ha resuelto (mientras el tiempo dé lugar) ir publicando de este modo, en forma de cuadernos, en cada uno de los cuales hay un escrito o una suma de ellos referidos siempre a un mismo tema que unifica la publicación.

Los Cuadernos están numerados, es verdad. Pero ni es todo lo que en esta bitácora se ha publicado, ni tampoco aparecerán en orden cronológico. Porque no es esto una historia de estas páginas, sino un repaso de asuntos y temas que por alguna razón he pensado que valdría la pena ordenar así.

La simpática benevolencia del lector justifica el trabajo.




viernes, 7 de julio de 2017

Mi último refugio



Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver..., dice Sabina en una canción que recordé hace poco en otra parte.

Y ahora, si quisiera, no podría volver.

Allí fui feliz.

Y no.

Fue mi último refugio.

Una última trepada fallida que le puso fin a mis años de montaña.

Ahora, me dicen que fue quemado casi por completo en estos días.

Por el momento, no me importan los detalles.


Sólo la memoria de aquellos días, de aquellas piedras, del hielo, la laguna.

Y el dolor. Y el fracaso. Aquellos días felices.







Cielo y Tercio




Hay cosas necesarias.


No para el lector, se entiende.

Una mayoría, nutrida y calificada, podrá pasarse sin este volumen, sin mengua alguna para los lectores y sin desdoro para un servidor.


Con todo y eso, aquí queda a disposición.





jueves, 6 de julio de 2017

Himno a tu nombre


Tu nombre es nuevo.

Tuyo solamente,
sólo tuyo y del aire que lo esparce
como un joven relámpago de diamante.


Estremece.

Yo no me atrevo a pronunciarlo y digo,
en lugar de tu nombre,
que hay ángeles y que sus alas cincelan amapolas de luz...

Y me avergüenzo y me retracto.

Y digo, sin decir,
que hay una tibieza recién llegada;
que ha nacido la belleza sin tasa de los cedros;

que ya es la caricia de las aves 
en el silencio vivo y limpio de montañas que te nombran sin decirlo;
o que al fin hay la hierba tibia en las orillas de los ríos:
se mecen, brillan y callan su contento de sol.

Y tu nombre viene, inaugural, con el rumor de malvas
y verdes infinitos, como de una isla verde.

Y ya no digo más: temo que el aire
se me haga tan de luz que quede mudo.

El mundo alrededor,
que fue antiguo de oquedades y fantasmas,

que una vez fue amasado en la ceniza del tedio,
que fue la noche sin oscuridad, como el dolor sin destino,

que una vez y otra vez se hizo a sí mismo,
mosto de agraz de voces arteras y vanas:

de súbito,
el mundo,
se vuelve como tu nombre.


Aparece. Y es nuevo.

Y es verdadero.

Y por primera vez
veo y oigo la felicidad de los que aman los senderos y caminan
y trazan los caminos;

y veo cómo tu nombre hace la felicidad de las flores
y de los bosques que dicen los zorzales,
que te saben y te esperan como una primavera inédita; 

y siento en mis huesos cómo se hunde,
gajo fresco y terrible y poderoso como una doncella guerrera,
en abismos de amor en los que sólo nace la alegría del buen vino
que hace cantar a los hombres que en medio del camino cantan.



Y ahora,
todo es como dice tu nombre nuevo.




miércoles, 5 de julio de 2017

Mocita


Palomita, palomita,
arrullo entre la verbena,
llevame hasta esa lomita
que una mocita me espera.

Lomita de la mocita
de ojos verdes, piel morena,
palomita, palomita,
que ha de ser mi compañera.

Palomita, palomita,
ramitas de yerbabuena
llevale hasta esa lomita
para que siempre me quiera.

Ay, palomita, en el viento
ella ha bordado su amor
con el hilo de una flor
y en la lomita lo siento.




martes, 4 de julio de 2017

Niña de azahar


Celoso porque la espero
y ella florece en azahar,
mi limonero celoso,
celoso porque la quiero,
su fruto no me ha de dar.

Mientras la espero, lo espero
en azahar de enero a enero;
y en azahar he de esperar

a la niña que yo quiero,
que en azahares me ha de dar
los frutos del limonero.




lunes, 3 de julio de 2017

Leteo y Eunoe


Eran tus manos.
O la brisa del mar,
o el fresno acogedor.

Fue la voz
tibiamente concorde,
o el latido sobre mi latido,
o el agua de la fuente.

Tus ojos,
o el remanso de un sauce,
o un ocaso entre lirios,
rumor en la laguna de tu abrazo leve.

En esta margen,
me quedan los silencios,
las horas silenciosas,
el tiempo silencioso,
el silencioso beso.


El silencio.


El silencio. 




Miel de lapachos


I

En su panal, abeja silenciosa,
el corazón destila una miel nueva.
No hay invierno de sombras que conmueva
su primavera en ciernes sigilosa.
Celdas de luz donde la luz subleva
dulzuras del amor, la deliciosa
claridad del amor, la misteriosa
felicidad de miel que el alma lleva.
(Porque en su risa tibia y transparente
me ha destilado el vino del esposo,
mosto de luz que nace en su vertiente.)
En su panal de flores de lapacho,
dorado el corazón va silencioso,
sobrio de sol y de su ardor borracho.


II

Aturdido de cielo y de panales
que trapichan dulzores milagrosos,
huelo la luz dorada en temblorosos
rayos de miel de flores matinales.
Todo es un vilo de aires amorosos,
libo en mis ojos néctares raudales
y en rumores de sol confidenciales
rezumo sus arrullos cadenciosos.
Como un enjambre, el día silba un viento
de aromas musicales renacidos,
ciego de menta y de jazmín hambriento.
Y entre unos cerros, hasta ayer dormidos,
estallo en el fulgor en movimiento
de lapachos que braman de floridos.




Memorial de Romeo


No jurar por la luna.

Por la inconstante.

No jurar por el nombre de las flores,
ni por el ruiseñor
que desgarra la ausencia 

con su queja.

No jurar por el día sin sombras
ni por la noche sin luz.

No jurar por el arroyo manso,
ni por el bosque
que cuida tu sueño y tus días.

Ni por la voz de las tormentas.

Ni por el silencio del llano.

Juro mi amor y me callas.

No jurar, me decías, y juraste
tu propio amor
antes de que la flor galana abriera su capullo.


Y ahora 
voy dichoso en el alba dichosa,
ebrio de juramentos.



domingo, 2 de julio de 2017

Del amor marinero


De ti a tú yo he visto un mar inmenso.
Como un misterio azul, hondo y terrible.
Yo conozco de ti la costa apenas,
apenas las arenas, caracolas,
olas y espumas y salitre el aire
y en el lomo del mar el cielo arriba;
suavidades de viento, acantilados,
escolleras de piedra, muelles libres...
De ti yo sé el sonido y los rumores
del sol que truena y la tormenta plácida
que se yergue del mar cuando atardece.
De ti sé lunas que rïelan, cantos
que en su vaivén acunan sueños frágiles...
Todo eso sé de ti. Tú eres distinta.




Del espacio y el tiempo y el amor


No es el espacio, porque la distancia
más es tiempo y dolor que cercanía
y estar distante es sólo circunstancia.

Es el tiempo que taja cada día,
y riega en la demora la mudanza,
lo que pone al amor en lejanía.

No es el espacio, porque en su labranza
puede labrar con surcos formidables
y sembrar en los surcos la esperanza.

Es el tiempo, que en horas incontables
puede volver memorias en cenizas,
darle al olvido las inolvidables.




Del amor sin tiempo


Cuando todo haya sido
Cuando el tiempo sea todo pretérito perfecto
Cuando ya no haya nadie
Cuando pierdan sus hojas los árboles y el agua
sea sólo un recuerdo en los ríos del mundo
Cuando el cielo no tenga ni sol ni estrellas, nada;
y el campo sea sólo un aroma inhallable:

Todavía mi mano te estará acariciando
mirándote mis ojos
besándote mi boca.

En el mismo lugar donde estamos ahora.

Con un amor más viejo que la historia de todo.
Con un amor más joven que lo que aún no ha sido.




Estos versos han vivido décadas ya. Nacieron a principios de los '90. Siempre anduvieron anónimos, porque así era la condición que un servidor les había impuesto. Hasta ahora.

Sé que recorrieron una parte de este mundo, más allá del mar. Y que llevaron alguna alegría a los corazones. Y me alegra.

De cómo nacieron, en qué circunstancias misteriosas y felices, tal vez tendré que hablar alguna vez. Que no es esta vez.





sábado, 1 de julio de 2017

Amor presente



Aquí y ahora,
no mañana
o nunca,
no tal vez,
no ayer,
no otra vez,

no antes
ni después.

No en otro tiempo que no sea ahora.

Ahora.
En este instante.
En cada instante de cada ahora.

De frente.

No ausente.


Ámame presente.

Con amor presente.


Ante este amor presente.




Hoy


Tengo este día.

Hoy.

No es otro día, es este día.

Tiene el sol de este día.
Tiene el aire sereno y frío de este día.
Tiene la flor expectante de este día.

Tiene la mirada de este día.
Tiene la caricia de hoy.
Tiene el beso de hoy.
Tiene la placidez de este día.
Tiene la felicidad de este día.

Tiene el aroma del pan de este día.
Tiene el aroma del campo de hoy.

Tiene el canto de este día.

Es hoy.

Quevedo me dijo de este día:
Ayer se fue, mañana no ha llegado...

Es hoy.



martes, 27 de junio de 2017

Libre la torcaza


Cobijada en el laurel,
junto a un púrpura de salvia,
gris como el cielo llovizna
su arrumaco la torcaza.

La tarde la ve posarse,
la recibe hospitalaria,
le sosiega el viento arriba,
le arulla flores de calma
y de un amarillo quieto
luce modesta sus galas.

Pronto la noche se allega,
de negro la noche llama
a la puerta del jardín
y al filo de las ventanas.

La paloma está despierta.
La noche no dice nada.

Ya se ha bajado hasta el suelo,
va al jazmín de la enramada.
Y como haciendo querencia
en un huequito de grama,
la palomita suspira
no más por no estar callada.

Nadie la invitó a quedarse
ni le dice que se vaya.

No la retiene la luz
de la tarde o la mañana,
ni la noche sin la luna
ni el jardín que en sombras pasa.

Está porque quiere estar
entre el laurel y la salvia.

Y será una noche o dos,
todo un año, una semana,
un mes, otra tarde, un día...

Y se irá cuando le plazca.




lunes, 26 de junio de 2017

Je suis partout, en elegía


Ahora sin tu voz, je suis partout.

Y ahora que no estás, no estás en todo.

El aire es aire y el arroyo es agua.
La piedra luce gris. El viento sopla.
La mañana es la luz, la noche un hueco.
Y el pájaro que vuela, sólo vuela.

Ahora que no estás, todo es si mismo.

Y todo es porque sí y no en tu nombre.
Y los sabores saben sus sabores.
Y los aromas son, sin más propósito.
Y el campo es campo. Y la montaña es alta.

Ahora que no estás, nada te es propio.

Ayer vi juncos, garzas y lagunas.
Antes de ayer vi un bosque, una vertiente.
Y un día más y alguien cantó a mi lado
y era una voz y era una melodía.

Todo es verdad, en todo y cada cosa;
todo tiene su voz sin tu presencia.

Ahora que no estás, je suis partout.





sábado, 24 de junio de 2017

Canción de vos


Yo dije y a ti y te reías
y me retaste con tu risa y viste
que la canción fallaba y me dijiste
que así no la querías.

Y dije vos y hacé y tomá y andáte;
y dije chau, rajá y decí y volvé,
y cuando terminé te oí un paráte
ahí, te falta un che.

No sé si puedo hacer esto con vos
pero sin vos no sé si puedo hacerlo.
Si vos querés el vos, quiero quererlo.
Así no somos dos.




Aburridos y aburrientes (II)



Por raro que suene, es aburrido lo aburrido así como aburren los aburrientes.  Pero no aburre ocuparse un poco del aburrimiento.

¿Qué aburre? ¿Por qué aburre lo que aburre? ¿Por qué aburren los aburrientes?

Sí, el aburrimiento es todo un asunto. Y en todo puede haber. En 360°. Desde el amor hasta la comida, desde la inteligencia hasta el placer, desde la fe o el arte hasta los viajes, desde la política al deporte.

En todo. Y tanto. Y en cualquiera.

El asunto está con tintes cargados en los poemas que vengo viendo de Charles Baudelaire.

Y tal vez sea el tema mismo de Las Flores del Mal. No solamente porque hay una parte dedicada precisamente a la tensión entre el tedio y lo ideal, por decirlo rápido.

En esa obra, es sabido, Baudelaire incluyó cuatro poemas (uno de ellos en soneto) que llevan el mismo título: Spleen. Y todos compuestos en 1857.

Creo que merecen leerse, o releerse, si vamos a continuar viendo este asunto, por este rumbo.

(Dejo ahora los textos en el original francés. Por dos razones. Para obligarme con el asunto y no dejarlo deshilachado. Y para revisar las traducciones hasta que me conformen.)

Spleen

J'ai plus de souvenirs que si j'avais mille ans.

Un gros meuble à tiroirs encombré de bilans,
De vers, de billets doux, de procès, de romances,
Avec de lourds cheveux roulés dans des quittances,
Cache moins de secrets que mon triste cerveau.
C'est une pyramide, un immense caveau,
Qui contient plus de morts que la fosse commune.
— Je suis un cimetière abhorré de la lune,
Où comme des remords se traînent de longs vers
Qui s'acharnent toujours sur mes morts les plus chers.
Je suis un vieux boudoir plein de roses fanées,
Où gît tout un fouillis de modes surannées,
Où les pastels plaintifs et les pâles Boucher
Seuls, respirent l'odeur d'un flacon débouché.
Rien n'égale en longueur les boiteuses journées,
Quand sous les lourds flocons des neigeuses années
L'ennui, fruit de la morne incuriosité,
Prend les proportions de l'immortalité.
— Désormais tu n'es plus, ô matière vivante!
Qu'un granit entouré d'une vague épouvante,
Assoupi dans le fond d'un Sahara brumeux;
Un vieux sphinx ignoré du monde insoucieux,
Oublié sur la carte, et dont l'humeur farouche
Ne chante qu'aux rayons du soleil qui se couche.

Spleen

Je suis comme le roi d'un pays pluvieux,
Riche, mais impuissant, jeune et pourtant très vieux,
Qui, de ses précepteurs méprisant les courbettes,
S'ennuie avec ses chiens comme avec d'autres bêtes.
Rien ne peut l'égayer, ni gibier, ni faucon,
Ni son peuple mourant en face du balcon.
Du bouffon favori la grotesque ballade
Ne distrait plus le front de ce cruel malade;
Son lit fleurdelisé se transforme en tombeau,
Et les dames d'atour, pour qui tout prince est beau,
Ne savent plus trouver d'impudique toilette
Pour tirer un souris de ce jeune squelette.
Le savant qui lui fait de l'or n'a jamais pu
De son être extirper l'élément corrompu,
Et dans ces bains de sang qui des Romains nous viennent,
Et dont sur leurs vieux jours les puissants se souviennent,
II n'a su réchauffer ce cadavre hébété
Où coule au lieu de sang l'eau verte du Léthé

Spleen

Pluviôse, irrité contre la ville entière,
De son urne à grands flots verse un froid ténébreux
Aux pâles habitants du voisin cimetière
Et la mortalité sur les faubourgs brumeux.
Mon chat sur le carreau cherchant une litière
Agite sans repos son corps maigre et galeux;
L'âme d'un vieux poète erre dans la gouttière
Avec la triste voix d'un fantôme frileux.
Le bourdon se lamente, et la bûche enfumée
Accompagne en fausset la pendule enrhumée
Cependant qu'en un jeu plein de sales parfums,
Héritage fatal d'une vieille hydropique,
Le beau valet de coeur et la dame de pique
Causent sinistrement de leurs amours défunts.

Spleen

Quand le ciel bas et lourd pèse comme un couvercle
Sur l'esprit gémissant en proie aux longs ennuis,
Et que de l'horizon embrassant tout le cercle
II nous verse un jour noir plus triste que les nuits;
Quand la terre est changée en un cachot humide,
Où l'Espérance, comme une chauve-souris,
S'en va battant les murs de son aile timide
Et se cognant la tête à des plafonds pourris;
Quand la pluie étalant ses immenses traînées
D'une vaste prison imite les barreaux,
Et qu'un peuple muet d'infâmes araignées
Vient tendre ses filets au fond de nos cerveaux,
Des cloches tout à coup sautent avec furie
Et lancent vers le ciel un affreux hurlement,
Ainsi que des esprits errants et sans patrie
Qui se mettent à geindre opiniâtrement.
— Et de longs corbillards, sans tambours ni musique,
Défilent lentement dans mon âme; l'Espoir,
Vaincu, pleure, et l'Angoisse atroce, despotique,
Sur mon crâne incliné plante son drapeau noir.





Aprendí


Finalmente,
aprendí el aire,
el agua.

Y el fuego.

Ahora sé la altura verdadera del roble.
Aprendí qué es su quietud,
y su hondura.

Sé el pájaro.

Aprendí el frío,
sé la rosa.

Sé qué es un día feliz:
una noche fragante
y una mañana clara.

Aprendí.

Ahora lo sé.
Sé que lo sé.

Ya no lo olvido.



lunes, 19 de junio de 2017

Alegría


La noche es una con tu pelo negro
y transminan la luz tus ojos verdes;
moscatel es tu voz, honda y dorada,
mimbre que cimbra el canto que te viste.
Toda vestida en canto, tu figura
es una misma y sola melodía
que se yergue en el aire conmovido
y en cada nota llora sin dolor.
No conozco silencio ni alegría
que sea tanto así, tan suavemente
ave que trina, pájaro que viaja.
Y ahora que la noche ha despertado
y en tus manos morenas alza el vuelo,
ya no hay pena que agobie o te oscurezca.




domingo, 18 de junio de 2017

Sueño de la tarde


El viento llegó. La tarde,
aterida y somnolienta,
se va recostando lenta
junto a la brasa que arde.
Espera que me resguarde
entre sus brazos del frío,
que entibie este pecho mío
y que me duerma a su lado.
Pero todo lo ha soñado
y a su lado está vacío.

La tarde sueña en el viento
con una casa de piedra
abrazada por la hiedra
como si fuera de cuento.
Se le endulza el pensamiento
y el fuego, en la estancia oscura,
acompaña la dulzura
de su sueño en soledad,
la ilumina con piedad
y la aquieta con ternura.

Viene la noche llegando,
viene de hielo su sombra.
La tarde despierta y nombra
el nombre que va soñando.
Por el aire va dejando
la brasa de la madera
hebras de luz de la hoguera,
aromas de un viejo leño,
y es un perfume de ensueño
para la tarde, que espera.


sábado, 17 de junio de 2017

Potro de luna



En ancas de ese potro que domé cada noche
(mi amor sencillo y puro es un potro de luna),
harás erguida y sola tu camino de estrellas.

Hacia el rincón de fresnos que te cierran el paso,
antes del horizonte que sin fin te sostiene,
irá sin rienda el potro de mi amor estrellero.

Pero si acaso el día te encuentra en el camino
y la jornada es triste como un campo sin siembra,
ya no habrá tiento o cerco que detengan la marcha.

Y así como en el cielo se repiten estrellas
cada noche y la próxima vuelven a aparecer;
y en sus ciclos de días la luna, que hace fértil

sementeras y vientres, regresa a arar el cielo,
así será la huella que los cascos amantes
dejarán, de mi potro, en tu piel y en tus ojos.

Pero, si acaso el tiempo sin tiempo en el que vive
mi potro ya domado cada noche de luna,
se vuelve con el tiempo una rueda de azahares

y se perfuma el aire cada vez que me nombras
y vuelve el sol al cielo si acaso me recuerdas,
puede ser que tus pasos se detengan al fin.

Y mientras que un otoño de un año al otro pasa
y cada primavera mejora la anterior,
sentirás el extremo silencioso de un beso

que nunca te fue dado, sin sabor ni nostalgia,
y allí en el corazón, yendo entrañas arriba,
crecerá bien domado otro potro de luna.

Y entonces, cada noche, guerreando con el sueño,
soñarás que tu viaje va hacia el cielo en destino
en ancas de ese potro que obedece tu voz.




miércoles, 14 de junio de 2017

Isolda la bella


La costa gime. Isolda navegando
va a su puerto en Bretaña. Malherido,
Tristán, que sueña un cielo florecido,
ve por el cielo un águila volando.
La vela blanca izó y va quebrando
el mar, que Isolda apura, embravecido.
Tristán despierta, ajeno, entumecido,
y otros ojos, por él, la están buscando.
Isolda llega. Corre. Se ilusiona.
En su lecho, Tristán ya desespera:
hay una voz amante y lo traiciona.
Lo besa Isolda y con su beso leve
ya se deja morir, triste, a su vera,
para que Amor hasta Tristán la lleve.





martes, 13 de junio de 2017

Todo es tuyo


Si siempre y cada vez la luz que hiere
fibra por fibra, en hebras luminosa,
dejara por el aire de la rosa
un aroma de luz que no muriere.
Si cada cosa y siempre obedeciere
ese rumor de luz que en cada cosa
vive latiendo el fuego silenciosa,
y quietamente en ese amor ardiere.
Los ojos que no ven despertarían,
y en cada cosa, en todo, estallarían
rayos de luz, murmullos de fulgores.
Secretamente enamorada, aguarda.
Sabe que el tiempo de lucir no tarda.  
Y que habrá sólo luz y ojos mejores.




domingo, 11 de junio de 2017

Insomnio


Te vi en la noche.

Yo te vi.

¿Te creías amparada,
así, asomada apenas,
confundida con el aire del este?

No me viste, incendiada y fría como estabas.
Oculta en un azul que ardía de tu luz.

Te vi quebrarte entre ramajes,
y silenciosa, como un amante nocturno,
te vi mezclarte entre la púrpura de flores quietas,
subiendo los peldaños de las cosas;

y después traslucir las veredas de piedra
y al fin rodar hacia mí con tu séquito de esferas y de ángeles.

No me veías.

Yo sí.

Y toda la noche estuve viéndote,
y quise verte siempre,
verte toda la noche de un día.

Ver cómo lucías al amanecer.
Y a mi costado.


Y te vi.

Y no me viste.

Luna de junio,
pastora del cielo.




sábado, 10 de junio de 2017

Felices los que ven


Toda luz se les hurta de los ojos opacos,
agazapados, en medio de la noche,
ahitos de la nada de si mismos,
vagando por un aire que no los apacigua
ni los hospeda,
ni les pertenece.

Extranjeros de todo.

Silencio de lo oscuro,
soledad del silencio,
oscuras soledades.

Nada ven.
Y al ver no ven.
Y no saben lo que ven.
Y no saben que no ven.

Felices los que ven,
y al ver, ven;
y saben lo que ven.

Y saben que ven.

Felices ellos que ven lo que ven.
Porque ellos serán vistos.



viernes, 9 de junio de 2017

Aburridos y aburrientes



Mais parmi les chacals, les panthères, les lices,
Les singes, les scorpions, les vautours, les serpents,
Les monstres glapissants, hurlants, grognants, rampants,
Dans la ménagerie infâme de nos vices,

Il en est un plus laid, plus méchant, plus immonde !
Quoiqu’il ne pousse ni grands gestes ni grands cris,
Il ferait volontiers de la terre un débris
Et dans un bâillement avalerait le monde;

C’est l’Ennui ! — L’œil chargé d’un pleur involontaire,
Il rêve d’échafauds en fumant son houka.
Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,
— Hypocrite lecteur, — mon semblable, — mon frère!

(Préface a Les Fleurs du Mal, Charles Baudelaire)

Es hasta simpático que en francés el verbo ennuyer tenga un participio presente que es adjetivo, se entiende, y a su vez tenga un participio pasado, ennuyant y ennuyé. Además de ennuyeux, claro, que es adjetivo a secas, con parejo significado.Como si dijéramos, aburriente y aburrido, poco más o menos.

Es comprensible etimológicamente incluso que el verbo y los demás derivados tengan dos significados principales: aburrir y desagradar o enojar. Por donde para los franceses aburrir y desagradar andan juntos y cerca, y con toda razón.

Porque la honda razón del enojo por lo aburrido está en la misma raíz de la existencia de las cosas.

Dicen también en la Francia que l'ennui est le contraire de l'art, esto es: el tedio es lo opuesto al arte. Y por las mismas razones, pues se entiende que si lo bello es lo que visto agrada (dicho sin las debidas precisiones), y el arte procura lo bello, desagradar es opuesto a la belleza y en consecuencia al arte.

Muy bien. Entendido.

Pero la profecía de Baudelaire con respecto a los tiempos que le vienen a él y que ya son nuestros es bastante más impresionante, si bien se ve.

Todo el Prefacio a Las Flores del Mal es impresionante y todo el resto de la antología lo es, qué decirles.

L'Ennui.

El aburrimiento hace estragos. Es verdad.

Nuestro tiempo muere de una languidez y de una lasitud de tedio, de arcadas de hastío.

La falsedad, la oquedad, la hipocresía, el discurso insubstancial, la dispersión, la frivolidad, el fraude, el atiborramiento de manjares insípidos, de perfumes y esencias que bañan la putrefacción. La crueldad sin motivo.

La ficción del bien, la cobardía, la celebración de lo torcido, de lo banal, de lo contrahecho, de lo repugnante. La adulación de lo irreverente, la algarabía ante lo perverso, la solemnidad y reverencia ante lo inmundo. La devoción oportunista.

La burla y la fingida conmiseración. El regodeo ante la muerte y la truculencia. La insolvencia afectiva, emocional, psicológica, moral, intelectual, espiritual.

El asco.

El asco del aburrimiento que provoca asco.

Todo eso lleva el hombre en las alforjas de sus ojos y oídos, en las honduras de su alma. En el corazón.

Siente asco y no sabe que ha sido aburrido.

Pero.

Felices los franceses que tienen cómo decir aburrientes, en participio activo.

Porque a los aburridores (nos conformemos en castellano con esa palabra) es a quienes hay que mirar.

Ellos son. Ellos lo han hecho.

Ellos son de todas partes. Ellos son en toda cosa. Donde se mire se los verá. Sin buscarlos.

Ellos vienen al hombre y lo deshacen.

Cometen el peor de los pecados, sí, Baudelaire, estás en lo cierto:
Il ferait volontiers de la terre un débris
et dans un bâillement avalerait le monde
Ya lo han hecho. Han hecho escombros no solamente del orbe, también de todo lo que debería ser gozoso, sabroso, vital. Lo han intentado con fiereza.

Han abolido la felicidad presente, sí. Pero también la futura. Han decretado el sin sentido. El sin fin. El no importa qué. Lo han intentado con fiereza.

Han jugado con lo más precioso como con abalorios inservibles; han arrojado al aire, como si fueran clavas de plástico, cristales delicados, piezas finas de metales nobles, firmes ternuras, amores con raíz, corazones, mentes.

Y han dejado al hombre en una soledad en la que no puede estar ni siquiera consigo.

Tiene razón otro francés, que todavía vio más lejos, porque vivió unos siglos antes:
Tout le malheur des hommes vient d'une seule chose, qui est de ne savoir pas demeurer en repos, dans une chambre.
Sí, Pascal, sí. No pueden. No saben, no pueden ni quieren reposar a solas en una habitación. Ya no lo toleran. Y de allí les viene infelicidad.

Pero.

¡Ay de los aburrientes!

¡Ay de los que empujaron al vacío y a la nada!

Han hecho enojoso lo feliz, han hecho miserable lo glorioso, han dado de comer platos desabridos.

Y, ¡ay de ellos mismos, los aburrientes!

No pueden saborear, mutilados. No pueden saber, mutilados. No pueden amar, mutilados.


Lector, tú bien conoces al delicado monstruo
-¡Hipócrita lector -mi prójimo- mi hermano!






_______________________________________________

Mas, entre los chacales, entre las panteras y los linces
los simios, las serpientes, escorpiones y buitres,
los aulladores monstruos, silbantes y rampantes,
en la mezcolanza infamia de nuestros vicios, .

¡Hay uno más malvado, más lóbrego e inmundo!
Sin que haga feas muecas ni lance toscos gritos
convertiría con gusto a la tierra en escombro
y, en medio de un bostezo, devoraría al Orbe;

¡Es el tedio!- Anegado de un llanto involuntario,
imagina cadalsos, mientras fuma su yerba.
Lector, tú bien conoces al delicado monstruo
-¡Hipócrita lector -mi prójimo- mi hermano!

(Prefacio a Las Flores del Mal, Charles Baudelaire)

.......................................................................................................

Toda la infelicidad de los hombres procede de una sola cosa, que consiste en que no sabemos quedarnos tranquilos en una habitación.  (Blas Pascal, Pensamientos)

Aburridos y aburrientes




Mais parmi les chacals, les panthères, les lices,
Les singes, les scorpions, les vautours, les serpents,
Les monstres glapissants, hurlants, grognants, rampants,
Dans la ménagerie infâme de nos vices,

Il en est un plus laid, plus méchant, plus immonde !
Quoiqu’il ne pousse ni grands gestes ni grands cris,
Il ferait volontiers de la terre un débris
Et dans un bâillement avalerait le monde;

C’est l’Ennui ! — L’œil chargé d’un pleur involontaire,
Il rêve d’échafauds en fumant son houka.
Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,
— Hypocrite lecteur, — mon semblable, — mon frère!

(Préface a Les Fleurs du Mal, Charles Baudelaire)


Es hasta simpático que en francés el verbo ennuyer tenga un participio presente que es adjetivo, se entiende, y a su vez tenga un participio pasado, ennuyant y ennuyé. Además de ennuyeux, claro, que es adjetivo a secas, con parejo significado.Como si dijéramos, aburriente y aburrido, poco más o menos.

Es comprensible etimológicamente incluso que el verbo y los demás derivados tengan dos significados principales: aburrir y desagradar o enojar. Por donde para los franceses aburrir y desagradar andan juntos y cerca, y con toda razón.

Porque la honda razón del enojo por lo aburrido está en la misma raíz de la existencia de las cosas.

Dicen también en la Francia que l'ennui est le contraire de l'art, esto es: el tedio es lo opuesto al arte. Y por las mismas razones, pues se entiende que si lo bello es lo que visto agrada (dicho sin las debidas precisiones), y el arte procura lo bello, desagradar es opuesto a la belleza y en consecuencia al arte.

Muy bien. Entendido.

Pero la profecía de Baudelaire con respecto a los tiempos que le vienen a él y que ya son nuestros es bastante más impresionante, si bien se ve.

Todo el Prefacio a Las Flores del Mal es impresionante y todo el resto de la antología lo es, qué decirles.

L'Ennui.

El aburrimiento hace estragos. Es verdad.

Nuestro tiempo muere de una languidez y de una lasitud de tedio, de arcadas de hastío.

La falsedad, la oquedad, la hipocresía, el discurso insubstancial, la dispersión, la frivolidad, el fraude, el atiborramiento de manjares insípidos, de perfumes y esencias que bañan la putrefacción. La crueldad sin motivo.

La ficción del bien, la cobardía, la celebración de lo torcido, de lo banal, de lo contrahecho, de lo repugnante. La adulación de lo irreverente, la algarabía ante lo perverso, la solemnidad y reverencia ante lo inmundo. La devoción oportunista.

La burla y la fingida conmiseración. El regodeo ante la muerte y la truculencia. La insolvencia afectiva, emocional, psicológica, moral, intelectual, espiritual.

El asco.

El asco del aburrimiento que provoca asco.

Todo eso lleva el hombre en las alforjas de sus ojos y oídos, en las honduras de su alma. En el corazón.

Siente asco y no sabe que ha sido aburrido.

Pero.

Felices los franceses que tienen cómo decir aburrientes, en participio activo.

Porque a los aburridores (nos conformemos en castellano con esa palabra) es a quienes hay que mirar.

Ellos son. Ellos lo han hecho.

Ellos son de todas partes. Ellos son en toda cosa. Donde se mire se los verá. Sin buscarlos.

Ellos vienen al hombre y lo deshacen.

Cometen el peor de los pecados, sí, Baudelaire, estás en lo cierto:
Il ferait volontiers de la terre un débris
et dans un bâillement avalerait le monde
Ya lo han hecho. Han hecho escombros no solamente del orbe, también de todo lo que debería ser gozoso, sabroso, vital. Lo han intentado con fiereza.

Han abolido la felicidad presente, sí. Pero también la futura. Han decretado el sin sentido. El sin fin. El no importa qué. Lo han intentado con fiereza.

Han jugado con lo más precioso como con abalorios inservibles; han arrojado al aire, como si fueran clavas de plástico, cristales delicados, piezas finas de metales nobles, firmes ternuras, amores con raíz, corazones, mentes.

Y han dejado al hombre en una soledad en la que no puede estar ni siquiera consigo.

Tiene razón otro francés, que todavía vio más lejos, porque vivió unos siglos antes:
Tout le malheur des hommes vient d'une seule chose, qui est de ne savoir pas demeurer en repos, dans une chambre.
Sí, Pascal, sí. No pueden. No saben, no pueden ni quieren reposar a solas en una habitación. Ya no lo toleran. Y de allí les viene infelicidad.

Pero.

¡Ay de los aburrientes!

¡Ay de los que empujaron al vacío y a la nada!

Han hecho enojoso lo feliz, han hecho miserable lo glorioso, han dado de comer platos desabridos.

Y, ¡ay de ellos mismos, los aburrientes!

No pueden saborear, mutilados. No pueden saber, mutilados. No pueden amar, mutilados.


Lector, tú bien conoces al delicado monstruo
-¡Hipócrita lector -mi prójimo- mi hermano!






_______________________________________________

Mas, entre los chacales, entre las panteras y los linces
los simios, las serpientes, escorpiones y buitres,
los aulladores monstruos, silbantes y rampantes,
en la mezcolanza infamia de nuestros vicios, .

¡Hay uno más malvado, más lóbrego e inmundo!
Sin que haga feas muecas ni lance toscos gritos
convertiría con gusto a la tierra en escombro
y, en medio de un bostezo, devoraría al Orbe;

¡Es el tedio!- Anegado de un llanto involuntario,
imagina cadalsos, mientras fuma su yerba.
Lector, tú bien conoces al delicado monstruo
-¡Hipócrita lector -mi prójimo- mi hermano!

(Prefacio a Las Flores del Mal, Charles Baudelaire)


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Toda la infelicidad de los hombres procede de una sola cosa, que consiste en que no sabemos quedarnos tranquilos en una habitación.  (Blas Pascal, Pensamientos)

miércoles, 7 de junio de 2017

De los labios secos


¡La edad es ésta de los labios secos!
¡De las noches sin sueño!
¡De la vida estrujada en agraz!
¿Qué es lo que falta que la ventura falta?


Amor de ciudad grande, José Martí



Se bebían el vino de la gloria
y atacaban proezas, y empujaban andanzas,
los labios empapados de canciones de miel amarga
y gritos de victoria,
con los ojos aguerridos chispeando
fuegos de amor,
fingido como flores de papel,
esperanzas fláccidas como sus carnes grises.

Dejaban cada noche su sueño junto al fuego:
sueños de mares bravos;
los mares de este mundo y las orillas
del otro mundo,
que despreciaban con dedos ateridos y ajados,
sus manos siempre frías,
como sus pechos;
contando unas riquezas pobres,
hilos
de voces huecas, brillantes de oro falso.

Eran aquellas noches, noches sin sueños; demasías de odios,
soledades sin tiempo;
eran viñas de agraces,
de amores estrujados como restos de un banquete grasoso,
libando mostos tristes entre penumbras de una casa vacía.

Un ángel de tormenta, con alas como rayos,
ya murmura la vindicta,
alza su palma como una espada justiciera;
arde de celos terribles,
y su celo es un viento de luz que ilumina a los pequeños
y a los solos.

Y les da calor.

Con vaho que exhala pesadillas,
los labios atontados están secos:
los labios que bebían sus vinos de gloria ínsipida,
que atacaban proezas,   
que mentían andanzas,
los labios secos que no conocieron la compasión,
que gritaron sus blasfemias entre risas
y burlaron la estupidez ácida de lo plebeyo.

Ahora duermen una noche sin mañana
y en un licor que destila una sangre
que la vergüenza alquitrana y empluma,
se embriagan con la desesperación.
Saben que ya es tarde.

La edad es ésta.

Éste es el tiempo.

Este tiempo llegó y está a las puertas.

Vendrá y no lo verán.
Gritará,
león herido,
rugido de amor dulce y quemante.

No lo oirán.

Balbucirán sus cuitas tediosas,
con el aburrimiento sin sosiego
de los árboles marchitos.

Mirarán los centros de sus centros como si fueran preciosos,
vientres estériles, inflados de oquedades.
Serán sordos al sabor de los arroyos.
Ciegos frente al aroma de los lirios.


Pero la edad es ésta.

Y afuera, en la noche,
rechina la intemperie
que desdeñaron por la tibieza
de una caricia
de ceniza.





miércoles, 31 de mayo de 2017

Derredor de un día


Il lume è una mezza compagnia
Proverbio de la Toscana


Mira, está el rescoldo al vivo,
la llama clama calma,
juega con mis palabras,
deshace tu silencio en chisporroteos,
en esquirlas de risa.

Y juntos se ríen de mis ojos de tinta.

El vino descansa,
la única verdad es este fuego.

Y la dicha del día.

De este día.

Y la dicha de este día.

Arden allí adelante maderas de aquel roble,
el que dijiste vencido de pena,
el derrotado de días.

Ahora vive.

Bruscia!, digo y el silencio expande el eco.

Y el eco llena el aire.

Y el aire te devuelve, áspera,
en el humo bravío,
en el grito robusto de la leña noble.

Y en la dicha de este día.

Como si fueras el recuerdo
de la dicha de un día de dicha.




Ver a Beatrice


Questi penseri, e li sospir ch'eo gitto,
diventan ne lo cor sì angosciosi,
ch'Amor vi tramortisce, sì glien dole;
però ch'elli hanno in lor, li dolorosi,
quel dolce nome di madonna scritto,
e de la morte sua molte parole.

Dante Alighieri, Vita nova, XXXIX



Dante en silencio vaga por Florencia.
Amor lo sigue atrás. Desconsolado,
llora un nombre secreto y adorado,
que es otro nombre ya y otra existencia.
Dante quiebra sus ojos. Su dolencia:
un corazón que Amor ha traspasado,
un nombre que la Muerte le ha alejado
más allá de este mundo y su apariencia.
De muerto en vida por amor se viste
y es llevado en un viaje hacia el Infierno,
la oscuridad adonde todo es triste.
Pero asciende por mano que lo asiste
al gozo que hasta a él mismo lo reviste,
donde la Amada mora ya en lo Eterno.  




martes, 30 de mayo de 2017

Romance de la niña niña


Al carrillón de la noche
le están faltando campanas
para que lloren a duelo,
y el viento diga ¡desgracia!

Un grillo canta en la huerta,
inmóvil está la sala,
y un solo temblor de vela
alumbra apenas la casa.
De luto los naranjales
apagaron sus naranjas;
la yerbabuena, en silencio;
la menta, triste y callada;
y un grajo por no chillar
se duerme sobre una barda.

Sobre su lecho tendida
la niña duerme tan blanca
su sueño nuevo de nubes,
las manos sobre su falda.

La madre está de rodillas
contemplándola sin lágrimas:
fríos los ojos de mármol,
de piedra su pena ajada,
con un rosario en su mano
y en el pecho cien espadas.

En la penumbra del cuarto,
donde la luz no lo alcanza,
como una estaca doliente,
de pie y la cabeza baja,
traje negro, tiembla un hombre
desde los hombros al alma.

La luz del sol, dolorida,
hace la noche más larga.
Para que velen sin tiempo,
para que lloren sin tasa
los dos a su niña niña
con suspiros que la abrazan.

Llegó a la casa un otoño
cuando ya no la esperaban.
Fue su risa en las encinas,
y su canto en las mañanas;

fue primavera en invierno
fue tibieza en las heladas.

La fiebre llegó una tarde
cuando nadie la esperaba;
pasó una noche y un día;
después pasó una semana.
Y ya no se oyó su risa
ni su canto desde el alba.


Les deja la soledad
que los quema como escarcha;
y un dolor de voz adentro
que ni grita ni se calla.

La niña va al cementerio
en su carroza entintada
de muerte, mientras repica
la pena de las campanas.





Voz de lis


Cuando tramó tu voz, Francia quería
que el ángel que custodia la mañana
incendiara de sol los horizontes
y en el aire alumbrara la inocencia.
Hacia el oriente, tumultuoso y cálido,
el mar a tu murmullo se apacigua.
Hacia el norte de ti, una estrella esplende.
El oeste se inclina. Al sur, desierto.
Yo, sin saberlo, fui solo un testigo
del canto bautismal con que naciste:
y vi la flor brotar pura en tu boca.
Y ya no canto sino con tu canto
porque tu voz de lis entona el mundo
y el sol y el ángel arden en mis centros.




lunes, 29 de mayo de 2017

Coplitas que no te digo


Quiero decir y no digo
y estoy sin decir diciendo;
quiero y no quiero querer
y estoy sin querer queriendo.
(*)

El cielo pasa la noche
mirando estrellas dormir;
y yo me paso los días
viendo qué te he de decir.

El sauce verde del río
canta coplas con el viento;
y yo me paso los días
sin decirte lo que siento.

Los tarcos están floridos,
primavera ya ha de ser;
y yo me paso los días
viendo si te he de querer.

Churita de risa tierna,
chinitilla de mi valle:
si a pedirte no me animo,
ha de ser mejor que calle.

Malhaiga, vengo trayendo
esto que tengo conmigo
que quiere ser y no ser:
quiero decir y no digo
y estoy sin decir diciendo;
quiero y no quiero querer
y estoy sin querer queriendo.




(*) Copla del Cancionero de Jujuy, recopilación de Juan Alfonso Carrizo.



 

domingo, 28 de mayo de 2017

Borges viaja a España


Yo no conozco España. Huele a trigo
en los campos de chopos y de vides,
por tierras de Quijano y De la Vega,
las veras del Guadiana, Tajo o Júcar.

Yo no conozco España. Pulpo á feira
sé que es un plato al pimentón gallego;
sé que en Bilbao hay txokos, pintxos, sidra;
y que al nordeste queda Cataluña.

Yo no conozco España. Sé que hay toros
valientes. Que un Miguel es de Orihuela.
Que en el Guadalquivir hay girasoles.

Yo no conozco España. Al sur, olivos;
y se canta flamenco. Hay otras cosas
que no sabré. Yo no conozco España.  



Cielo de manzanas


Esta tierra bajo mis pies
me nombra tiempos de sal y piedra,
desiertos de fantasmas,
lustros de aromas tristes y ungüentos de soledad
llenando el aire,
hedores de promesa vana.

Mientras gira este mundo,
mis manos están catando sombras entre los árboles;
su peso es un dolor estéril,
su vestido es la púrpura,
sus voces son insípidas como la mentira.

Sé que los arroyos que vi parecen lágrimas.
Vuelvo a verlos: imitan la alegría de un manantial,
fingen la pena rumorosa,
horas baldías que corren a ninguna parte.

El día es la mañana de un día
entre las nieblas dulces,
fríos los labios,
el corazón despierto y sonámbulo.

La noche es la noche de un día
sin sosiego,
sudorosa en la oscuridad sin nombre ni lugar.

Llegó la tarde.

Ahora la tarde es la tarde de los días.

El fuego te mira.
Envidia el amor de tus ojos.

Lejos,
todo alrededor,
en el horizonte y las nubes,
la tarde que abraza la llanura de este tiempo,
con la luz del día que ya va del sol ausente a mi corazón cansado de los días,
con el fuego que nos pregunta y calla todo silencio,
todo alrededor,
ahora,
el cielo tiene el color de las manzanas
y todo alrededor hay la frescura de su aroma
y casi sin respirar el alma saborea su delicia jugosa.  





sábado, 27 de mayo de 2017

Coplas de la viña niña


Noche de luna en la viña,
no te animaste a querer,
madura estaba la niña,
pero verde la mujer. (*)


Es una copla que cantan
en la zafra los zafreros,
pastores con sus majadas
y, en el monte, los hacheros.

Es una copla solita
y que el viento lleva lejos,
pa' que la digan los mozos,
pa' que la lloren los viejos.

Es copla de la baguala
y cuando suena en los llanos,
se calla el aire y escucha
silencios de los paisanos.

Es copla que lleva el río
cuando el agua corre lenta;
y en la sierra se perfuma
y en el valle se lamenta.

Copla, coplita, en la viña
tu vino no he de beber:
madura estaba la niña
pero verde la mujer.




(*) Copla popular de baguala de los Valles Calchaquíes.  

 

viernes, 26 de mayo de 2017

Muerte de un roble

Eu nunca guardei rebanhos,
mas é como se os guardasse.
Minha alma é como um pastor,
conhece o vento e o sol
e anda pela mão das Estações
a seguir e a olhar.


Fernando Pessoa


No soy la lluvia. No. ¿Querría serlo?
Se secaron las hojas que te abrigan.
De muerte lenta muere tu estatura
y te velan los ojos sin palabras.
Sobre la tierra, ya vencido el tronco
recliné tu ramaje. Adormecido,
con otoños bermejos vas soñando
y los vientos te cantan primaveras.  
No soy la tierra que te sostendría.
Ya nada bajo el cielo te sostiene.
Un día pasaré. Ni serás leña.
Sabré de tu oquedad por el recuerdo. 
Si soy como un pastor, si hay un rebaño,
ya no habrá la certeza de tu sombra. 




martes, 23 de mayo de 2017

Gozo del Capitán


Se hizo a la vela. Va surcando el llano.
Como una carabela, hiende el trigo;
regusta hierba el campo y al abrigo
de un aire siempre miel, va un sol temprano.
Libre del tedio de la mar, testigo
del oleaje, se aleja el italiano:
sigue la huella de un rumor serrano
y un augurio frutal que va consigo.
Alegre caminante; a popa, arenas
de una playa monótona. Las penas
calafatean una quilla lejos.
Y goza el Capitán la nueva nave:
su pie ligero como un vuelo de ave,
sin mástil y sin ancla ni aparejos.



domingo, 21 de mayo de 2017

Sentencia


Acribillan un nombre a la mañana
con una descarga gris de astillas de tormenta:
así te han pronunciado los gorriones que chirrían el vacío,
te han nombrado como una lluvia vaga por los tilos de otoño.

Deletrean tu paso,
como palabra que se desvanece;
te dicen un apenas,
susurran tus consonantes que punzan como hielo
y después se derriten sobre las crestas secas de la tierra.

Tus vocales no están: su carne se ha secado...

Hallé quizá tu nombre hendido,
deshojado sobre el muro de la madrugada;
como si hubiera sido atado a tus acentos;
hay restos en el aire, se adivina tu nombre,
tal vez fue un nombre.
No se sabe.


Yo no lo sé ahora.
Pero hay cien bocas de fuego,
cien amapolas de furia,
cien días sin sol.

Fue ejecutado..., silban
y bajan la mirada como viuda de un muerto a los pies del patíbulo.

Solo,
cuando se han ido ya,
cuando todos se fueron ya mudos de tu nombre,
cuando no queda más que mi boca,
miro el desecho de unas sílabas,
desmembradas;
un desierto de voz, salitre esparcido por un lago seco.

Tal vez fue ayer, o antes.
Tal vez fue una sentencia demorada.
O una súbita voz que te estalló en silencio.
O fue en ráfagas de años o de meses o de horas.

No me pregunten lo que ignoro,
no recuerdo si lo habré olvidado.


Ya no es posible pronunciar tu nombre.




sábado, 20 de mayo de 2017

Otoño que ama


Por una cordillera de dulzura
nace una altura y baja en flor luciente,
y el otoño que ama lo presiente:
vientos de amor agitan la espesura.
Espesura sin sombra en la lisura
sonriente de una mano que sonriente
acaricia, y deshace confidente
toda una noche fría y su negrura. 
Hojas felices van por la cintura
del mundo, que el otoño que ama siente
como si fuera amor que, en flecha ardiente,
hiere su piel de otoño y su estatura.
Humo de un fuego nuevo y nunca ausente;
llama que en soledad y en hermosura
canta en la niebla y con la voz segura
por el otoño que ama, nuevamente.




lunes, 15 de mayo de 2017

Sepia




Así, con ese tono de foto antigua.

Vengo saldando pendientes y el que toca ahora es particularmente sepia.

Volver a ver esas páginas me llevó a un mundo que fue. Creo que hasta el 2001, días más o menos.

Hace más de 10 años que ando queriendo ponerlas en un libro y no llegaba el cuándo.

Pero llegó.

Es, mirándolo bien, un homenaje sentido a Francisco Hipólito Díaz. Polito, para los amigos. Polo, para los más cercanos.

Polo, para un servidor.

Esta Bella Vista de estas Postales fue tan suya como de cualquiera.


Ambos ya no están.









jueves, 12 de enero de 2017

Asunto pendiente


 https://es.scribd.com/document/336379141/Almost-Spring-y-otros-poemas


Tenía un pendiente con este libro. Y con otros que esperan con paciencia.

Con éste, ya no: los últimos serán los primeros.