La combinación de 5 y 7 sílabas por verso es frecuente en estrofas como el haiku y también en la hispánica seguidilla.
Es, lo que se dice, arte menor.
En el caso presente -y es la primera observación pertinente a este asunto- son, bien mirados, versos de arte menor y precisamente de 5 y 7 sílabas:
No hay que ajustarHabrá solemnes y circunspectos que se atreverán a decir que no es éste un comentario a la altura de la cuestión.
La gente te va a odiar
Pero hasta el más lelo tendrá que admitir que por métrica, ritmo y hasta rima, las dos líneas de marras son verso. Y entonces corresponde un liminar abordaje lírico.
Más diré: coreados a ritmo de batalla, son suceptibles de musicalización, bien que rudimentaria y pobre musicalización, concedo.
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Otro punto que convendría iluminar un rato largo hasta llegar a una conclusión estable, es el del nexo ausente pero latente entre ambas líneas. Y con eso, el sentido dellas. La yuxtaposición hace más presente la ausencia.
Dije ya que parecía redondo el nexo causal:
No hay que ajustarPero con el mismo énfasis advertí también que podría entenderse un semántico matiz consecutivo en esa sucesión, sin atender demasiado al nexo correspondiente y su naturaleza:
(porque o pues, ambos nexos causales en buena doctrina) La gente te va a odiar
No hay que ajustarAlgo de trampa hay en esto último. Resulta que la consecuencia de ajustar es, a la vez, la razón postulada allí para no hacerlo; esto es, la consecuencia de ajustar allí dicha es la causa por la cual no habría que ajustar: el odio de la gente.
(porque la consecuencia de dicha cosa será que...) La gente te va a odiar
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Dicho lo cual, metodológicamente, volvamos por un momento a las cavilaciones mudas que el papelito nos obliga a empollar.