jueves, 19 de mayo de 2016

Papelito (II)


La combinación de 5 y 7 sílabas por verso es frecuente en estrofas como el haiku y también en la hispánica seguidilla.

Es, lo que se dice, arte menor.

En el caso presente -y es la primera observación pertinente a este asunto- son, bien mirados, versos de arte menor y precisamente de 5 y 7 sílabas:
No hay que ajustar
La gente te va a odiar
Habrá solemnes y circunspectos que se atreverán a decir que no es éste un comentario a la altura de la cuestión.

Pero hasta el más lelo tendrá que admitir que por métrica, ritmo y hasta rima, las dos líneas de marras son verso. Y entonces corresponde un liminar abordaje lírico.

Más diré: coreados a ritmo de batalla, son suceptibles de musicalización, bien que rudimentaria y pobre musicalización, concedo.

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Otro punto que convendría iluminar un rato largo hasta llegar a una conclusión estable, es el del nexo ausente pero latente entre ambas líneas. Y con eso, el sentido dellas. La yuxtaposición hace más presente la ausencia.

Dije ya que parecía redondo el nexo causal:
No hay que ajustar
(porque o pues, ambos nexos causales en buena doctrina) La gente te va a odiar
Pero con el mismo énfasis advertí también que podría entenderse un semántico matiz consecutivo en esa sucesión, sin atender demasiado al nexo correspondiente y su naturaleza:
No hay que ajustar
(porque la consecuencia de dicha cosa será que...) La gente te va a odiar
Algo de trampa hay en esto último. Resulta que la consecuencia de ajustar es, a la vez, la razón postulada allí para no hacerlo; esto es, la consecuencia de ajustar allí dicha es la causa por la cual no habría que ajustar: el odio de la gente.

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Dicho lo cual, metodológicamente, volvamos por un momento a las cavilaciones mudas que el papelito nos obliga a empollar.