lunes, 23 de noviembre de 2015

Una calle


El tiempo nos desase de las cosas.
Ellas se van con él. Hay una calle
que una vez conocí y que ya se ha ido,
que ya no es lo que en mis ojos era.
Eran tilos y fresnos, los aromos,
un arroyo, algún puente, algunas piedras,
y un recodo, y un monte y un estanque
y alguna puerta, una pared florida.
No están y ya no son. Y hay otras cosas
que enmudecieron. Porque el tiempo es musgo
que cubre la memoria con silencio.
Eran cosas del tiempo y su destino
fue pasar al misterio, que algún día
veré volver en luz transfigurado.