miércoles, 7 de octubre de 2015

El Libro de las Acuarelas /10



Primavera de Jerónimo


- ¡Para qué estamos aquí echados, Suso...! No sé qué hacer con las liebres...

- Lo que todos hacen, Jeromín. Más sin perros, como ahora... Las esperas, las acechas, aquí entre los pastos. En cuanto alzan sus orejotas y se paran en sus remos, están a la vista y ya las viste. Y cuando ya las viste y no te vieron, cazarlas es la msima cosa. Te acercas sin ruido y teniéndolas a tiro les arrojas lo que viene a la mano, piedra, palo...

- Suso, eso no es guerrear...

- Claro que no: es cazar.

-  Ayer vi más que tres lebratos en la cañadilla aquella de las moras, pasando el arroyo del Gato, y te digo Suso que eran más... Por allí anduve casi toda la mañana, camino de la ermita de san Gil...

- Ahí tienes, Jeromín, entonces las madres están cerca... Pero, guay, que si están grandes los lebratos, ellos también pueden saber en un cocido, cómo que no...

- Prefiero ir contra la madre... Y si fuera posible contra el padre. Y te diré, Suso: mejor una corzuela, mejor aún un jabato furioso...

- Pero, Jeromín... Espera, espera... Con 9 años y esas espaldas, ¡de dónde tanto fuego...! ¿Tienes cómo? ¿Una faca siquiera? ¿Venablos? ¿Te has hecho de una lanza? Me das gracia, lo digo de veras...

- Un lebrato no es enemigo, Suso. Suso: una liebre no lo es. ¿No prefieres un enemigo mejor?

- Hombre, Jeromín... ¿Enemigo? ¿En qué piensas? Quien te oye diría que quieres guerrear al turco. Vamos de caza, Jeromín, nada más que eso... Sosiega, niño..., qué infulas, mochuelo. Qué digo, si ni mocho tienes, chavalete...

- ¿Y qué, Suso? ¿No irías tú a pelearle al turco, en vez de estarte aquí, acechando liebres, bajo las encinas, entre los pastos?

- Pero, pero..., ¡qué ocurrencias! Mira, que no te oiga tu señor tío... ¡Pelear al turco!

- Un día, Suso, ya verás... Adonde esté, adonde vaya..., aunque endriagos fueran o gigantes, aunque sean demonios o dragones. Verás, Suso... Aunque en el mar estén... Y dirás: Oíd, oíd..., ése de allí, el del pendón blanco, el que arrebata los estandartes, el que avanza sin adarga, el hierro en alto, ése, señores, ése es Jeromín, el castigo del turco...