Corazón, mira el aire: son días rojos.
Como un roble en otoño.
Como una mañana de tormenta.
Como el hierro que arde en silencio
y que cuenta las horas
en las fraguas oscuras de mi sangre.
Son días de hierro.
Pero somos el hierro.
Y llevamos el fuego que nos arde
en entrañas de hierro.
Fragua y martillo somos.
Forja que truena un día sin tiempo, eso somos.
Yunque de amores,
golpe de gozos:
en nuestras entrañas vivas de hierro vivo.
Eso somos.
En estos días de hierro.