Pero me quedé pensando: está tan lleno de guiños y contraseñas.
Hagamos un breve ejercicio de lecturas paralelas, divergentes, sinfónicas, si acaso.
Un poco de hermenéutica, muchacho; vamos, ánimo...
Que se termina octubre.
Un profesor está almorzando en el comedor de la universidad.
Llega un alumno con su bandeja y se sienta al lado del profesor.
El profesor le dice: Un puerco y un pájaro no se sientan a comer juntos...
Pues me voy volando..., contesta el alumno y se cambia de mesa.
El profesor, verde de rabia, acusa el golpe y decide aplazarlo en el próximo examen. Pero he aquí que el alumno responde brillantemente a todo.
Entonces, y antes de entregarle su hoja, el profesor le pregunta con voz ronca y con aparente calma, pero con la furia contenida: Está caminando por la calle y encuentra una bolsa. Adentro está la sabiduría y hay mucho dinero, ¿cuál de las dos cosas se lleva usted?
El alumno responde sin titubear: ¡¡El dinero!!
El profesor, muy satisfecho con la respuesta que ha dejado al alumno en evidencia, le dice con suficiencia: Yo, en su lugar, me hubiera llevado la sabiduría, ¿no le parece?
Cada uno toma lo que no tiene..., responde el alumno.
Así las cosas, el profesor, histérico y ya completamente fuera de sí, escribe en la hoja del examen ¡¡¡Idiota!!! y se la devuelve.
El alumno toma la hoja y se sienta.
Al cabo de unos minutos, el alumno se levanta, se dirige al profesor y le dice: Disculpe, señor, veo que firmó la hoja, pero no me puso la nota...