miércoles, 18 de julio de 2012

Buena estrella

Hay alegrías raras.

Ya me venía preparando para despedir estas notas de Roque Raúl, con tristeza, debo decir. Creí que me quedaban estas tres que ahora traigo.

Atahualpa Yupanqui solía decir algo así como que cada viejo que se nos muere es una biblioteca que se nos va para el silencio. Y digo yo, que no soy Atahualpa, que cada biblioteca que se nos va para el silencio es como un viejo que se nos muere.

¿Y quién querría ver morir más de una vez a un buen amigo, a un maestro bueno?

Yo no, le garanto. Y de allí la tristeza.

Pero.

De no sé cómo y dónde ayer noche mismo me aparecieron más, Dios primero.

Y de allí mi alegría. Siquiera por un tiempo, que todo va a se finir, claro.

Sin más, vayamos a esta pintura desangelada de un Juan Lavalle de mala estrella que nos cuenta en El ataque a Santa Fe. Pasemos apenas por unas reflexiones sobre la prensa, en La prensa escrita, que no requieren mucho más comento que lo que allí dice, que no crea no se aplica hodierno, no señor.

Pero quedémonos más de un momento, ahí sí me parece, en esta Fantasía sobre la muerte del Restaurador.

Ya verá por qué, compadre.