sábado, 10 de diciembre de 2011

Revisando revisiones

Hay que andar revisando. Estoy seguro de que es así. El problema no es revisar de más, el problema es revisar de menos.

Decía Chesterton que la única cosa que un escéptico no podía ser era proselitista.

Y digo yo, que no soy él, que la única cosa que un revisionista no puede ser es institucional, anquilosar la mirada porque tiene que responder a un patrón. Patrón que quiere decir aquí tanto medida como capanga.

Así que, en lo que a mí respecta, señores y señoras, tengo de revisar las revisiones y a los revisores.

Porque no se puede hacer política sin eso, de ninguna clase, ni de la mejor ni de la peor. Porque no se puede hacer política sin hombres libres (que los que no son libres, no son tan hombres...), ni se puede hacer política sino para hombres libres (que si no habrán de serlo, no es política...)

Y aquí quedan, entonces, Una fecha ominosa, Elegir el enemigo y Se aposta un ángel en Santa Fe.

Y dejo estas tres de Aragón que creo bien pueden servir a este propósito, como otras. Porque eso son estas notas suyas de él que quiero publicar, al fin de cuentas.

Y estas mías, además, lo mismo, si acaso y puedo y me da para tanto.