viernes, 10 de junio de 2011

Zarzas (III)

El día es propicio.

Agrisado y frío, húmedo y ceniciento.

Prendí la salamandra muy temprano, al alba. Y, ahora, un calor seco y suave -con aromas mezclados de maderas varias- hace amable el tránsito por la casa.

Leer los diarios no sirve. ¿Y cuándo sí? Se adivina incluso lo que no se sabe (como el arzobispado de Tucumán a Mons. Zecca...) y se aburre finalmente uno de la previsibilidad de este mundo sublunar.

En un tiempo, jugaba a adivinar las tapas de los diarios del día siguiente. El porcentaje de éxito era alto y el engaño muy posible y fácil: no se trataba ni de perspicacia ni de mancias: no era mi talento, era la pobreza del ingenio del mundo. Somos previsibles los hombres: muy.

Así las cosas, pensaba esta mañana (es cierto que siendo tan temprano es más disculpable…), y mientras le daba qué flambear, que la salamandra es, quodammodo, como la inteligencia, que puede contener en sí todas las cosas sin perder su propia forma.

Pero.

¡Ay si la inteligencia pudiera siempre hacer lo que siempre hace la salamandra, que vuelve lo que la alimenta en calor y luz y alegría…!

* * *

El día es propicio.

Mate y cigarro a mano, mirando el cielo y el aire de la mañana, dejé que la música hiciera su trabajo, que es como el de la salamandra también, claro, en cierto modo.

* * *

Se dice que, a fines de la década de 1820, Vincenzo Bellini compuso Sei ariette, unas obras de cámara, arias breves, que son como pequeños aguijones entre amorosos y melancólicos.

En la poesía de las canciones, se nota que sobrevive todavía algo de una lírica más antigua, hasta con dejos de contrapuntos afectivos, al modo de las canciones provenzales, y, más cerca (y más probable), de cierto conceptismo barroco.

Luciano Pavarotti grabó en Bolonia, su tierra natal, cuatro de estas composiciones. Y son, a saber, Ma rendi pur contento; Malinconia, ninfa gentile; Bella Nice, che d'amore y Vanne, o rosa fortunata.

Son casi perfectas en sus manos, aunque está claro que mi autoridad en esta materia tiende a cero…

Por alguna razón que se me escapa, dejó fuera de programa a dos de las seis. De modo que hubo que completar el asunto y no sin dificultad, pues -tal vez, claro, porque no tengo nada de eso a mi alcance- parece que o la obra del cisne de la Catania entusiasmó a pocos, o pocos se atrevieron con ella.

Un tenor catalán, Jaume Aragall, y una mezzosoprano húngara, Lucia Megyesi Schwartz, a su modo, tuvieron que hacer lo suyo en Per pietà, bell'idol mio (ya querría yo tener la versión que hizo la Bartoli...) y en Almen se non poss'io, y esto nada más que para que la serie no quedara renga. Se los agradezco, digamos, cortésmente.

ver
Ma rendi pur contento

Ma rendi pur contento
della mia bella il core,
e ti perdono, amore,
se lieto il mio non è.

Gli affanni suoi pavento
più degli affanni miei,
perché più vivo in lei
di quel ch'io vivo in me.


Malinconia ninfa gentile

Malinconia ninfa gentile
la vita mia consacro a te.
I tuoi piaceri chi tiene a vile
ai piacer veri nato non è.

Fonti e colline, chiesi agli dei,
m’udirò al fine pago io vivrò.
Né mai quel fonte coi desir miei,
né mai quel monte trapasserò.

No, no mai.


Bella Nice, che d'amore

Bella Nice, che d'amore
desti il fremito e il desir,
bella Nice, del mio core
dolce speme e sol sospir,

Ahi! verrà, né sì lontano,
forse a me quel giorno è già,
che di morte l'empia mano
il mio stame troncherà.

Quando in grembo al feral nido
peso, ahi! misero, io sarò,
deh, rammenta quanto fido
questo cor ognor t'amò.

Sul mio cenere tacente
se tu spargi allora un fior,
Bella Nice, men dolente
dell'avel mi fia l'orror.

Non ti chiedo che di pianto
venga l'urna mia a bagnar,
se sperar potess'io tanto,
vorrei subito spirar.


Vanne, o rosa fortunata

Vanne, o rosa fortunata,
a posar di Nice in petto
ed ognun sarà costretto
la tua sorte invidiar.

Oh, se in te potessi anch'io
transformarmi un sol momento;
non avria più bel contento
questo core a sospirar.

Ma tu inchini dispettosa,
bella rosa impallidita,
la tua fronte scolorita
dallo sdegno e dal dolor.

Bella rosa, è destinata
ad entrambi un'ugual sorte;
là trovar dobbiam la morte,
tu d'invidia ed io d'amor.


Per pietà, bell'idol mio

Per pietà, bell'idol mio,
non mi dir ch'io sono ingrato;
infelice e sventurato
abbastanza il Ciel mi fa.

Se fedele a te son io,
se mi struggo ai tuoi bei lumi,
sallo amor, lo sanno i Numi
il mio core, il tuo lo sa.


Almen se non poss'io

Almen se non poss'io
seguir l'amato bene,
affetti del cor mio,
seguitelo per me.

Già sempre a lui vicino
raccolti amor vi tiene
e insolito cammino
questo per voi non è.


Y entre el humo lento -que hace más gris y aromado el aire- y las sutilezas del joven Bellini, a mi modesto parecer, ya puede ir marchando este día en el que lo más notable viene siendo, hasta ahora y por lo que se ve, esa cuarteta sencilla, concisa e inspirada que dice:
Almen se non poss'io
seguir l'amato bene,
affetti del cor mio,
seguitelo per me.