El crespín
Goloso pa’ la tristeza,
cuando la tarde se apaga,
quejumbres de amor perdido
llora el crespín en el tala.
Rojas las plumas le tiemblan
cuando el corazón le sangra,
y tiñe el aire del rojo
de su sangre cuando canta.
Lapachos van florecidos
y dejan la luz dorada,
y son mistoles las notas
que le trina la garganta.
Silba su pena el crespín
y la luna lo acompaña,
ya el monte duerme en silencio
un sueño de voz que ama.
Canta el crespín su agonía
y en los hondones del abra
un eco dulce entristece
las flores de la mañana.
Pasó la noche en el cielo
y en los brotes de una rama
dejó el crespín sus lamentos
temblando como guirnaldas.