domingo, 22 de mayo de 2011

Riesgos del mar

Un amigo irlandés suele repetir:
Whiskey and beer, no fear
Beer and whiskey, very risky…
(Y lo digo al modo hiberno, en homenaje a su linaje…)

Lo recordé anoche y volví a pensar en eso esta mañana.

Una tenida de muchachos de la casa trajo consigo unas cervezas. El otoño fallido de estos días no les era incompatible (a las cervezas, se entiende), de modo que, al pasar, me convidaron y bebí muy a gusto.

Muy bien.

Por mi cuenta, y mientras seguía con mis trabajos y mis días, ya muy entrada la noche –y para dejar reposar el mate que había fatigado toda la jornada-, me serví un whisky (ahora dicho al modo escocés) con agua (1/3 + 2/3, respectivamente, que es mi modo de tolerar la ingesta módica de uisce beatha.)

Y pensé, de inmediato, en el apotegma: very risky...

De esta conseja hay variaciones de todo tipo -que incluso alcanzan al vino- y que no pienso rastrear ahora, aunque están llenas de sabiduría práctica: beer then wine, feel fine; wine then beer, feel queer.

En todas las posibilidades siempre hay un dato cierto: beer before whisky is very risky.

El caso es que -dicho sea para los curiosos y morbosos- nada de eso me pasó, pese a violar flagrantemente el apotegma. Salvo que se repute como la consumación del mal riesgoso, precisamente, el hecho de que me haya quedado pensando en eso.

Por ejemplo.

Dice exactamente: risky o very risky, si se prefiere. No le hace el adverbio en este caso: risky permanece.

Es claro entonces que no dice fatalmente malo: dice riesgoso.

De modo que vayamos por el riesgo, que en las lenguas occidentales se asocia al mar, casi invariablemente, y sin casi.

La palabra en su origen dice dos cosas, al menos: 1) un risco en el mar es un riesgo; 2) bogar hacia atrás es peligroso.

Todo ello, según se ve, proviene del verbo latino resecare y éste de secare, en definitiva, con el sentido de cortar o tallar (en el caso de una roca risco: cortada a pico, se diría.)

En el bonito lenguaje de la náutica se usa el verbo ciar (que es una deformación de secare) para nombrar una maniobra que consiste básicamente en ir hacia atrás, a remo o a motor, lo cual es un riesgo por varios motivos.
A primera vista parece que los efectos del timón, al ciar el buque, deberían ser iguales y contarios a los correspondientes a la marcha directa; pero no sucede así, pues la pala viene a hacer ciando el oficio de proa algo desimétrica, por lo que detrás de ella habrá un espacio de remolinos o aguas muertas; el efecto del timón es mucho menor en este caso que en el de la marcha directa, así se observa que los buques en términos generales, al ciar obedecen más que al timón al viento y el mar.

Peligroso es, así visto, bogar hacia atrás: no gobierna tanto uno como el viento y el mar...

Pero me quedo con riesgo.

Entiendo que el apotegma dice sin decir que hay algo en el protocolo etílico que hace que el señor whisky pase antes que la señora cerveza, porque haciéndolo a la inversa se corre un riesgo. La química de la cuestión debe ser interesante, pero está bastante más allá de mis saberes.

Entiendo también que el apotegma tendrá a la vista no cualquier ingesta, sino una ingesta razonable. Fuera de ello, ya no importa el protocolo: diez barriles de cerveza + diez barriles de whisky son un riesgo en cualquier orden en que se los consuma, lo cual, más allá del humor, no es cosa para desdeñar. No vaya a ser cosa que algún paspado crea que, mientras mantenga el orden de consumición (de cualquier cosa, no solo de alcoholes...), nada malo lo espera en el futuro.

Pero me quedo con riesgo.

De hecho nada malo me pasó, de hecho la violación del canon no tuvo ninguna consecuencia nefasta.

Pero el canon decía, ni más ni menos, que el orden importa un riesgo no una fatalidad.

Como en tantas cosas en la vida.

Como la vida misma, diría sin más.


Puesto a ver, ahora, el hecho de que riesgo se asocie con el mar tan nítidamente es más interesante para mí que el aspecto químico de la cuestión o el orden en que se beba.

Porque sé que el mar lleva en sus entrañas el símbolo del mundo, de este mundo.

Pienso, por ejemplo, que a veces tiene uno que afrontar riscos en este mar.

Y que eso es un riesgo.

Pienso, por ejemplo, que a veces tiene uno que ciar en este mar.

Y que eso es un riesgo.

Y que, lo quiera o no -y son tantas las cosas, graves o no, que a veces lo requieren-, tiene uno incluso que ciar entre riscos, ¿qué remedio tiene eso?

Y claro que es un riesgo.

Y sin embargo tiene que.

Y es un riesgo.