viernes, 26 de junio de 2009

Segundo fuego

La luz

Hay sombras en el aire dolorido.
Y el tiempo pasa en sombras y violento.
Sombras la tierra, el cielo ensombrecido.
Nubes de sombredales en el viento.
Y en sombras los recuerdos y el olvido.
Y el miedo que en las sombras drena lento.
Sombra en el mar y en el mañana huido.
Y el frío de la sombra en el aliento.
Pero, ¿son sombras esta flor y el día?
¿Sombras el vino, el árbol, mis amores?
¿Sombras la estrella, el canto, los dulzores?
¿Sombras un niño? ¿Sombras la alegría?
¿Sombras la voz humilde que porfía?
¿Y sombras el aceite en los dolores?


La sombra

Baja la tarde de este cielo en llamas.
El fuego al occidente pare estrellas
y una luna cremosa en trazas bellas
talla el cielo de luz y libra escamas.
Un incendio aromado de retamas
a una nostalgia hiriente alumbra huellas.
Y en un aire de rayos y centellas
fulge y goza la brisa entre las ramas.
¿Hay luz para los clavos de la cruz?
¿Es el mismo el dolor si crece en luz?
¿La tristeza? ¿La herida? ¿El desconsuelo?
¿No esplende el gris si se ilumina el duelo?
¿No viene de lo oscuro el alba al cielo?
¿Y no alumbra la pena en su trasluz?