domingo, 31 de agosto de 2008

Sabotaje

La semana pasada, un compadre circuló una cita para ver si podíamos ayudarlo a encontrar su origen.

Es un texto de C. S. Lewis, que vi finalmente era de Mero Cristianismo (o Cristianismo y nada más, en otras traducciones de Mere Christianity), que está al final del capítulo II, La invasión, del Libro segundo, En qué creen los cristianos (páginas 48 y 49 de la edición A. Bello y página 62 de la de Rialp).
Una de las cosas que me sorprendió la primera vez que leí el Nuevo Testamento seriamente, es que hablaba tanto acerca de un Poder Oscuro en el universo: un poderoso espíritu malo considerado el Poder tras la muerte y la enfermedad, y tras el pecado. La diferencia está en que el cristianismo piensa que este Poder oscuro fue creado por Dios, y era bueno cuando fue creado, y se extravió. El cristiansimo concuerda con el dualismo en que este universo está en guerra. Pero no cree que sea una guerra entre poderes independientes. Piensa que es una guerra civil, una rebelión, y que vivimos en una parte del universo ocupada por un rebelde.

Territorio ocupado por el enemigo: eso es lo que es este mundo. El cristiansimo es la historia de cómo el rey justo ha llegado a esta tierra, podemos decir que ha llegado disfrazado, y nos llama a tomar parte en una gran campaña de sabotaje. Cuando vas a la iglesia, en realidad estás escuchando a escondidas la radio secreta de nuestros amigos: es por eso que el enemigo está tan ansioso de impedir que vayamos. Lo hace pulsando las notas de nuestra vanidad y pereza y esnobismo intelectual...
Lewis compuso el libro sumando publicaciones sucesivas entre 1942 y 1944, producto de unos ciclos de charlas radiales. Tal vez de allí -y del clima de guerra de aquellos años- venga la figura de la liturgia y de la asistencia a la iglesia como eso de escuchar a escondidas la radio clandestina de nuestros amigos. En la edición Rialp dice el rey verdadero y secreta telegrafía de nuestros amigos, tanto da me parece.

Hay más cosas en ese capítulo, como algunos apuntes sobre el dualismo y el cristianismo, que son muy útiles también.

Pero esas metáforas de sabotaje, de guerra, de clandestinidad, de mensajes cifrados, de reyes de incógnito en territorios rebeldes ocupados, son para pensar.

Claro que esas imágenes tan militantes y militares pueden despertar una fatigada y previsible épica de papel. Pero creo que uno haría bien en sacurdirse esos tópicos típicos bélicos y leer varias veces y ensayar interpretaciones un poco más agudas. Y no para hacerse el sutil o el mono sabio, sino para entender siquiera mejor el asunto.

Por ejemplo, ¿cómo será esa campaña de sabotaje? ¿Qué hay que hacer? ¿O por qué la liturgia, o lo que hay en la iglesia, es una radio clandestina, por qué es la secreta telegrafía de nuestros amigos? ¿Qué quiere decir que oímos allí a escondidas esa radio clandestina? ¿O qué quiere decir que nuestro esnobismo intelectual y nuestra vanidad -se entiende mejor lo de la pereza- son aliados del enemigo, y sabotean el sabotaje al que nos convoca el rey de incógnito?

viernes, 29 de agosto de 2008

Para lelos

Como yo, por ejemplo.

Los dos tipos hablaban en el tren. Parecían empleados, o algo así. Empleados ilustrados parecían. Lustrados, más bien.

Hablaban de política, claro. También de política, claro. Porque con el diario en la mano, cualquiera puede hablar de cualquier cosa. Doctores, parecían. En Palermo y ligamentos, en Osetia, en Capristo...uf, la mar de cosas que sabían estos chicos.

Hasta que el más bajito (gabán negro sobre traje negro, camisa verdecito seco clarito, corbata negra a pintitas grises...) cometió la habitual intromisión en asuntos extranjeros: "¿Y si gana Obama, je? ¡Preparáte, che...! Eso les va a venir bien..."

¿A quién?

No sé qué quiso decir, pero, para lelos como yo estos cuadritos no sirven para nada.

O sí.

En fin. Verá usted, caballero: destrócelo, complételo, modifíquelo, matícelo. Haga lo que le venga en gana y si le sirve de algo, mejor.

Me tomé el trabajo de hacerlo, y eso nada más que porque Gabán Negro me lo sugirió, pero es inútil...

O no.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Nada

Hoy por hoy, es casi un lugar común. Un artificio de mediano prestigio todavía.

El padre de los ejemplos -tal vez no estrictamente respecto de los antecedentes sino por la maestría- es aquel famoso Prólogo de Miguel de Cervantes a la primera parte del Quijote: un prólogo en el que cuenta por qué no le pondrá prólogo a su obra y cómo un amigo trata de asistirlo para que no le falte prólogo al libro, que no llevará prólogo.

Un prólogo que dice por qué y cómo es que no habrá prólogo.

Mientras, Cervantes repasa en la presentación todo lo que hay por allí en materia de presentaciones de libros, con la excusa de no poner nada de ello.

Una lista de que lo que falta. Una lista de lo que no se dirá, diciendo lo que ni siquiera se mencionará.

Chesterton hizo algo parecido alguna vez. Tenía que entregar uno de los artículos semanales que escribía; y como no tenía nada para decir (difícil de creer, pero posible...) y muy poco tiempo para encontrar algo para decir (menos creíble todavía...), contó las tribulaciones del escritor de artículos por entregas semanales al que le vienen a retirar el artículo y nada ha escrito y nada tiene para escribir.

Escribir un artículo sobre el artículo que no se puede escribir, explicando en el artículo por qué no se puede escribir un artículo.

Claro.

El caso es que se me han acumulado tantos asuntos sobre los que querría decir alguna cosa innecesaria y superflua, que ni tiempo tengo ni modo.

Por eso.

Mejor, nada.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Miscelánea de días (IX)

Es nada más que un apunte, y tal vez ni siquiera para mí, porque la cuestión implica asuntos peliagudos por demás.

El domingo pasado, los 'latinos' -como dice con sorna un compaño 'oriental', sui generis...- oímos otros fragmentos, esta vez del capítulo 11, de la carta de san Pablo a los Romanos (13-15, 29-32):
Os digo, pues, a vosotros, los gentiles: Por ser yo verdaderamente apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio,
pero es con la esperanza de despertar celos en los de mi raza y salvar a alguno de ellos.
Porque si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo, ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?
Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables.
En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes
contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía,
así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia.
Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia.
Bien.

El caso es que todo lo que viene diciendo en la Carta acerca de la Redención y de Cristo, y de la relación de los judíos y los gentiles con la Redención, ya es suficientemente delicado.

Hasta que llegué a ese versículo 15:
Porque si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo, ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?
que me llevó derecho, con la memoria y la imaginación, al complejísimo Capítulo XX del Apocalipsis de san Juan, que no solamente tiene el asunto del milenio, sino que allí mismo y en lo que sigue trae el asunto de las menciones y alusiones de muertes y resurrecciones primeras y segundas, tan difícil también o más que lo del reino de mil años, después de todo.

Veo que Castellani en su Visión Decimooctava de El Apokalypsis de san Juan, no tienen referencia alguna a san Pablo en este sentido, ocupado como está allí de El Reino Milenario.

Veo también, y por otra parte, que santo Tomás dice al respecto de este versículo (Super Romanos, cap. XI, lect. II):
Deinde cum dicit si enim, etc. assignat rationem suae intentionis, quia scilicet videbat quod conversio Iudaeorum proveniebat in salutem gentium. Unde dicit si enim amissio eorum, id est incredulitas et inobedientia eorum, sicut dicitur servus amissus quando sub cura et obedientia domini refugit esse. Ier. l, 6: grex perditus factus est populus meus. Si, inquam, ista Iudaeorum amissio est occasionaliter reconciliatio mundi, inquantum per mortem Christi sumus reconciliati Deo, quae assumptio nisi vita ex mortuis? Id est, quod Iudaei reassumantur a Deo, secundum illud Zach. XI, 7: sumpsi mihi duas virgas. Quid, inquam, faciet talis assumptio, nisi quod gentiles resurgere faciat ad vitam? Gentiles enim sunt fideles qui tepescent. Matth. XXIV, 12: quoniam abundavit iniquitas refrigescet charitas multorum. Vel etiam qui totaliter cadent decepti ab Antichristo, Iudaeis conversis in pristinum fervorem restituentur. Et etiam sicut Iudaeis cadentibus, gentiles post inimicitias sunt reconciliati, ita post conversionem Iudaeorum, imminente iam fine mundi, erit resurrectio generalis, per quam homines ex mortuis ad vitam immortalem redibunt.
Por donde parecería que probablemente también santo Tomás considera aquí con san Pablo dos resurrecciones. Porque parece claro que para ellos la llamada segunda resurrección se refiere a la que llamamos simplemente resurrección, mientras aquí se refieren a la readmisión como una resurrección. ¿Ambos dicen lo mismo que san Juan, respecto de la primera?

Lo que me lleva a preguntarme, entonces y finalmente, si esta resurrección de la que habla san Pablo, que sin duda se expresa en términos escatológicos porque se refiere a la readmisión de los judíos que es signo del fin, tiene o podría tener alguna relación con aquella resurrección primera del apóstol Juan en su capítulo XX.

Estoy de acuerdo: muy difícil el asunto (para mí, claro) y debe estar destinado a mejores cabezas (por lo mismo...)

Pero, verá usted, mi amigo, porque allí está.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Miscelánea de días (VIII)

No, mire. No.

Usted no se me va de acá sin antes echarle una ojeadita a uno sólo de entre tantos materiales de los que me llegaron: después de todo, ya me los leí enteritos, así que un poco de solidaridad, vi prego...

Incluso, en algunos casos, vinieron con sus testimonios y reflexiones personales de lo más atinadas y bien dichas, viera usted..., lo cual siempre ayuda, no crea que no.

Ahora bien: usted está aquí: en Ciencias Sociales hay que ver Geografía, entre otras cosas. ¿Y qué se imagina usted que hay que aprender si uno estudia Geografía?

Pase y vea, sin cargo, una de esas genialidades que alumbran los nabos de la construcción de la ciudadanía...
ver

Estructura general de la secuencia

1. Fundamentación
La propuesta de trabajo se basa en enseñar sobre el “Pasado y presente de la construcción social de los ambientes latinoamericanos” a partir de la metodología de estudio de caso y de un planteo que aborde el tema construyéndolo a partir de un objeto/problema de estudio. Es por esto que se está entonces ante un tema del diseño curricular que se pretende sea enseñado a través de la selección de un objeto/problema. Debe reconocerse que la enseñanza sobre el “Pasado y presente…” encierra un muy extenso período de tiempo y una gran extensión de ambientes y territorios que resulta imposible de enseñar en su totalidad y en un relativamente breve período de tiempo como con el que se cuenta. Esto avala la legitimidad de hacerlo primero a partir de un recorte y segundo a través de una metodología particular como la seleccionada. Por lo que, antes de avanzar y adentrarnos en la particularidad, y unicidad del tema y su planteamiento bajo la metodología mencionada se brindarán algunos lineamientos sobre lo que se considera metodológicamente que es un estudio de caso y cuál es su función en la enseñanza de las Ciencias Sociales, y en especial de la Geografía. [1]

2. Los estudios de casos como método de enseñanza
Algunos párrafos más atrás hemos brindado las primeras líneas de aproximación con relación a lo que concebimos como estudio de casos, pero sobre lo cual y de todos modos se profundizará a continuación.

Si se sigue a Prats (2005), por medio de esta metodología es posible establecer un proceso de enseñanza -sostenido por una secuencia didáctica- por el cual se intenta l la descripción, análisis e interpretación de un objeto de estudio -en este caso geográfico- concreto y singular de importante complejidad. La metodología tiene como finalidad enseñar a elaborar una explicación del tema de estudio que sea coherente con el análisis general de la temática en la que se enmarca, bajo las tradiciones que caracterizan a una disciplina o bien un campo de conocimientos (Wassermann, 2003; Prats, 2005) [2] como es el geográfico en el contexto de las ciencias sociales.

Entre los rasgos que caracterizan el estudio de caso y sobre los cuales aquí se brindarán sus correspondientes sugerencias se encuentra el hecho de tratarse siempre de:
• Un caso empírico (refiere a un caso tangible, mensurable o sobre lo cual existe consenso sobre su existencia “real”)
• Una situación problemática para determinados grupos sociales en un lugar, ambiente, territorio o región (puede tratarse de migraciones, condiciones de vida de una localidad o región, o como se propone aquí y más adelante, sobre algunos problemas ambientales en América Latina)
• Promover algún grado de conocimiento teórico y conceptual en el que se encuadra la situación problemática seleccionada (puede tratarse de comprender la pérdida de la biodiversidad -natural y cultural [3]- en orden a las lógicas de privatización y enajenación de los bienes comunes de la tierra como el agua, la tierra, la energía, los bosques, los ecosistemas y la expulsión de algunos grupos miembros de culturas originarias de sus territorios ancestrales)
• Un modo de conexión entre el aula y una parte del sistema social pasado y/o presente (se trata de situaciones problemáticas actuales que aparecen con frecuencia en los medios de comunicación, pero que en rigor cuentan con un importante pasado histórico, con sus similitudes y diferencias)

Es por ello que, dada la complejidad de las situaciones existentes se recomienda trabajar sobre cuestiones “concretas” o relativamente sencillas de identificar para los alumnos. Y a partir de las cuales puedan establecerse reflexiones que articulen lo general con lo particular y viceversa, o de otro modo, entre lo micro y lo macro.

Antes de continuar con los pasos necesarios para la enseñanza por medio de un estudio de caso, resulta imprescindible establecer una serie de acuerdos sobre los términos y los significados que están en uso en el presente texto. Se considera que esta aclaración puede contribuir a aligerar el texto y tornarlo más claro, al tratarse de una estrategia de enseñanza potente pero aún poco conocida.

Hasta el momento se ha decidido aquí por la adopción del tema “Pasado y presente de la construcción social de los ambientes latinoamericanos”, que corresponde al diseño curricular del ciclo. La mención a un tema curricular, adoptado para su estudio en las ciencias sociales, hace referencia a una preocupación, en este caso de la enseñanza de la Geografía, sobre algún aspecto que es relevante socialmente y que merece atención por alguna serie de razones. No obstante, la generalidad con la que siempre puede ser formulado y la extensión temporoespacial que puede comprender, requieren de mayor precisión para su tratamiento más riguroso.

Es por ello que de la globalidad del tema que siempre se propone, que es sobre lo que se quiere dar cuenta para su enseñanza, se requiere en principio de un paso más. Se trata del reconocimiento de la necesidad de formular y plantear una situación problemática que sea representativa del tema adoptado [4]. Para que más tarde sea concebido como un objeto/problema y pueda plantearse la enseñanza del mismo.

Una situación problemática es un hecho, acontecimiento, o bien situación si se sigue a Borsotti (2006), que se da en un tiempo y en un espacio social específicos que resulta insatisfactoria o inconveniente para algún segmento o grupo de una sociedad o región o bien para un científico que lo detecta. Y frente a lo cual se formulan una serie de primeras preguntas provisorias que sean pertinentes y que sirvan a los fines de la determinación de la situación problemática.
a) Los problemas ambientales de la llanura amazónica, lo cual consiste en estudiar el paulatino reemplazo de la cubierta vegetal de pastizales, bosques y selvas originarias por campos de cultivo y pastoreo. Ante lo cual cabe esperar por una parte el enriquecimiento de algunos sectores y el padecimiento de graves consecuencias ambientales y sociales en general para otros.
b) Los problemas ambientales de las mesetas y altiplanos latinoamericanos, lo cual consiste en estudiar las modificaciones que la explotación minera introdujo en la región, las expectativas de desarrollo y crecimiento económico para algunos sectores y el padecimiento de problemas ambientales que se han generado para otros sectores.

La finalidad de seleccionar dos situaciones problemáticas lleva como supuesto de construcción pedagógica que al tratarse de dos hechos diferentes con relación a un mismo tema, los estudiantes podrán:
a) observar la diversidad de ellos y la contextualización geográfica que se debe realizar en función, por ejemplo, de las conexiones con las actividades productivas más representativas, la visión que tienen los miembros de las comunidades afectadas por el problema, entre otros.
b) comparar y establecer relaciones entre ambientes y territorios diferentes (llanuras, mesetas y altiplanos).
c) establecer similitudes y diferencias entre las lógicas dominantes de explotación y valorización de los recursos (conquista, colonización, formaciones capitalistas, entre otros) en lo que hace a las relaciones técnicas (intervención sobre la naturaleza) y las relaciones sociales (relaciones de explotación y poder)

En definitiva se trata de reconocer sobre la cuestión, que el espacio geográfico latinoamericano es una construcción socio-histórica elaborada por las sociedades, sus culturas, sus modos de relacionarse social y técnicamente y de hacer uso de los recursos.

En esas relaciones tienen un papel fundamental aunque no determinante las condiciones naturales para la producción. Por lo visto las condiciones naturales resultan necesarias en el tratamiento del problema aunque no ocupan el lugar central de la propuesta. Por lo tanto, para “saber más” sobre la construcción social de los ambientes en la región deben considerarse las relaciones de explotación y poder, y además las condiciones naturales.
Como se puede advertir, el textito tiene cuatro bonitas notas, que dicen esto:
[1] Para la elaboración de este punto nos hemos basado en: Prats, J.(2005) Cuaderns Digitals.net. “Estudio de caso único como método para el aprendizaje de los conceptos históricos y sociales”, y Wassermann, S. (2003) Estudios de Casos como método de enseñanza, Ed. Amorrortu.
[2] En los capítulos correspondientes a Geografía de los Diseños Curriculares de la Nueva Escuela Secundaria de 2º y 3º año, el docente puede hallar los fundamentos teóricos que avalan la estricta correspondencia de la enseñanza de la disciplina como una ciencia social.
[3] Habitualmente, se ha considerado como biodiversidad a la complejidad del sistema biótico que permite la reproducción biológica de la vida en el planeta, sin considerar en ella la relevancia de los valores, costumbres y hábitos de los grupos sociales humanos que también forman parte de aquella complejidad. Desde hace algún tiempo atrás, algunos autores como por ejemplo Leff, han sumado a esa biodiversidad la vida humana y la cultura por ella elaborada. El sentido de hacerlo de esta manera debe hallarse en el reconocimiento de la cultura y la naturaleza como
procesos indisociables, y que de poco vale la “conservación” de la variedad de los seres vivos sino se conserva de modo activo y sustentable el conjunto de la vida humana y su cultura en el planeta. Es un llamado al reconocimiento del otro humano y natural.
[4] Al tratarse de una situación problemática que será utilizada para desplegar en el aula un estudio de caso, debe tenerse presente que la misma tiene como finalidad esencial enseñarlo en el aula y para alumnos con determinada edad. Por lo que la situación problemática además debe capturar la atención del estudiante, lograr el desarrollo de imágenes mentales, lograr interés, emociones e identificaciones entre los relatos del texto y los lectores. A lo que debe agregarse que el desarrollo del mismo cuente con un lenguaje comprensible, que la respuesta única sea reemplazada por distintos puntos de vista y hasta logre grados de incertidumbre (Wasserman).
Y un grafiquito que dice esto:

ESTRUCTURA LÓGICA DE LA PROPUESTA para la enseñanza a través del estudio decasos

TITULO/TEMA DE DESARROLLO CURRICULAR > DETERMINACIÓN DE UNA SITUACIÓN PROBLEMÁTICA (Selección de la misma a través de preguntas mínimas y provisorias sobre el Tema) > CONSTRUCCIÓN DEL BJETO/PROBLEMA A ENSEÑAR



- Y, dígame dotor, ¿dónde dice usté que pasa esto?

- Acá a la vuelta, caballero. Pero no es exclusivo de la provincia de Buenos Aires, le prevengo. Ya me habrá oído decir que en la tierra sin monasterios andan igual o pior...

- Oiga, maistro, ¿y para quién dice usted que preparan todo este bodoque?

- Hasta donde sé, son planes de estudio y recomendaciones para docentes que trabajan en unas especies de escuelas para adultos, y son pergeños que se emiten desde La Plata, y que se cocinan en una marmita con un poco de cuerno de buey molido, tierra de pantano del Delta, unas ramitas de muérdago macho trituradas y unos polvitos mágicos que vienen de no sé qué lugar de la Isla Margarita.

Mentiras (pero más o menos...): son recomendaciones para enseñarles Geografía a unos chicuelos y jovencitas medio y más que medio baldados, que no terminaron el cole y van para viejos y hacen lo que pueden y lo que no pueden para ver si terminan.

Me dicen que los pobres cristos que se ocupan de ellos andan buscándolos por calles, andurriales y tugurios para que puedan terminar el cole y puedan salir de donde están, siquiera para alcanzar estatura humana. Y que así, gracias a un poquito enorme de esfuerzo, vienen viendo de hacer que le peleen al paco y al choreo, y a la prostitución y a la promiscuidad.

En este caso, además, parece que es una escuela como de oficios, pensada como una ayuda para que terminen el cole y se hagan de alguna herramienta que los ayude también a apechugar -y a esquivar, supongo- la construcción de ciudadanía que les prepararon estos nabos de laboratorio: esos nabos que una vez que los sacan de la calle los quieren poner en el camino de la revoluta geográfica de las relaciones de opresión y poder y de la construcción social de los ambientes latinoamericanos -cosa fundamental para el botija y la guagua, no sé si se alcanza a ver...-, con lo cual no tendremos menos fisurados y descastados, pero nos habremos conseguido un pilón de militantes de la América India para dar la gran batalla contra el Imperio del mal, simil Bush pero al revés, como dijera Huevo (que como todo el mundo entiende es una sinaspsis simbiótico-sincrético-originaria de Hugo y Evo...)

Ah, cierto... Casi me olvido: al docente a cargo de Geografía al que le 'bajaron' de La Plata este ladrillo amasado en las usinas de diseño del mañana maravilloso, se le ocurrió simplemente pedirles a los chicos que ubicaran a la Argentina en un globo terráqueo.

Por suerte, sólo cuatro acertaron. Lo cual está mal y está bien.

Porque eso mismo parece indicar que estos animalitos no están preparados todavía para el futuro brillante.

Y aunque suene mal, tal vez habría que decir gracias a Dios.

Porque así, y parafraseando un comentario perspicaz que me llegó con estas estupideces, un día -antes de que le quiten los ojos para ver su tierra y les pongan en su lugar un implante que solamente les deje ver relaciones de poder y opresión- tal vez un día, recuperen algo de la humanidad que han perdido y que le tironean hasta desguazarla los profetas del futuro brillante, de cualquier lado que vinieren.

martes, 12 de agosto de 2008

Miscelánea de días (VII)

Poco antes de que lo matara el establishment imperial, John Kennedy dijo algo que hoy deben escuchar las oligarquías del continente, las enfurecidas y envenenadas oligarquías del continente, que son los sectores más envenenados por el fascismo, el odio, el racismo y el apatridismo. ‘Los que le cierran el camino a las revoluciones pacíficas, cuando ellas se presentan, le abren al mismo tiempo las puertas a las revoluciones violentas’. Una revolución es como un volcán, como un turbión de agua, un huracán. Nadie la planifica, se presentan solas las condiciones que la van madurando. Las condiciones históricas, económicas y sociales. A las clases ricas de estos pueblos les decimos que no cierren los cambios pacíficos. Que respeten los mecanismos de la democracia, que no desconozcan la voluntad de las mayorías. Es el debate de ideas, la discusión de proyectos.

(...)

La derecha debe aceptar que la izquierda volvió y vaya con qué fuerza. Acepten que las ideas socialistas no estaban muertas, sólo se habían ido de parranda unos días. Acepten que los pueblos están aquí y tienen su propia voz, como nosotros, los de izquierda, aceptamos y hasta necesitamos el contraste: necesitamos una derecha racional, pero no una derecha fascista ¿En cuántos países del mundo existe en referéndum revocatorio del presidente? Que yo sepa en Venezuela y en Bolivia. Entonces, si quieren sacar a Evo, sáquenlo por los votos. Pero no con heridos y muertos. No le cierren los cambios pacíficos a Bolivia, porque lo que puede venir sería peor para la misma quinta columna que está allí y también para todos nosotros.
Es un lío, estoy de acuerdo. Pero, paciencia...

A ver si ponemos un poco de orden. Pasó que las cosas aparecieron una después de otra, en catarata y viniendo de distintas partes.

Por eso. Veamos.

Las dos citas a la cabeza, son declaraciones de Hugo Chávez en una especie de conferencia de prensa en la Argentina, cuando su viaje de la semana pasada. ¿Número de viaje? Ah, sí: parece que es el 14 de los oficiales; según dicen, el segundo país más visitado, después de Cuba. ¿Y por qué tanto? Ah, mi amigo...

Hoy, pasando a otra cosa -¿sí?- me encuentro con que tenemos un nuevo viejo asunto nuevo en la agenda, según el propio Chávez.
Vamos a empezar a usar ese término (América India) porque eso de América Latina nos lo impusieron. ¿Qué de Latino es esto? ¿Qué de latino? Eso es allí en Europa. Al mencionar la América India estamos incluyendo a lo negro africano y a lo blanco europeo porque nosotros no somos excluyentes.

Muy bien.

Alguien, además, me mostró unos programas que algunos están dando o preparándose para dar en escuelas para gentes que no terminaron de estudiar el, en la provincia de Buenos Aires. Entre otras parvas de asuntos, en el paquete, venían cosas como unos trabajos sobre los conflictos actuales en materia de minería en todo el país. ¿De veras? ¿Para chicos y chicas de entre 19 y 25 que apenas si van un ratito al cole, si quieren, si están enteros, sanos, libres...? Sí, señor, sí. Y con informes y mapas de Google Earth y todo y más cosas y más cosas sobre biocombustibles y conspiraciones...

Pero después vinieron otros y me pidieron una opinión sobre un encuentro que se hará en Neuquén este fin de semana largo. Y, puesto a ver (¡qué remedio!), me topé con las internas de estas mujeres y más mujeres entre toda clase de mujeres...

Y esto es apenas la parte de una parte, porque además de esos suburbios de la vida, está la vida misma y las cosas de la vida y otras cosas de la vida.

No hay que quejarse. Se puede acompañar la mezcla, mientras unos hace otras cosas de las cosas de la vida, con unas pavas de mate amargo, tabaco del bueno, algo de música y un poco de frío...

domingo, 10 de agosto de 2008

Contraseñas (IV)

Una cosa es la naturaleza de toda cosa, ella misma de algún modo velada detrás de una puerta que requiere llave. Y una cosa es que para acercarse a cada cosa, a cada quien, haya un camino, una puerta, un pasaje.

Incluso una puerta -como suelo pensar- que, en el caso de las personas, más bien está hecha para abrirse sólo desde adentro. Una puerta que ni siquiera Dios quiere violentar: Él, que conoce todos los secretos y todas las cosas recónditas, espera que le abran. Conoce todas las contraseñas y claves y se resiste a usarlas, pese a que todas las contraeñas y llaves le responden.

Y más aún: Él mismo ha sembrado de claves y contraseñas, de llaves, toda cosa, pero también ha delegado su potestad y le ha dado a otros que no son Él la posibilidad de poner claves, de forjar llaves, de elaborar contraseñas.

Pero todo eso es una cosa.

Otra cosa es que el hecho de que Dios se resista y se niegue incluso a usar las contraseñas, las claves y las llaves, baste para que cualquier otro con posibilidad de hacerlo -en parte, al menos- se resista y se niegue también.

Porque lo que uno sabe, más bien, es que frecuente ocurre lo contrario: pocos, muy pocos, son los que se resisten. Y 'pocos', creo que disimula un 'nadie'.

Del secreto, de la contraseña, de las llaves y claves, los hombres saboreamos habitualmente el poder.

Del misterio, del velo, no vemos la misericordia: nos apasiona más la curiosidad, ver lo que no vemos: poder ver lo que no se puede ver.

Poder ver.

Poder.

Y hacer que no se pueda, claro, que es poder.

Miscelánea de días (VI)

Y entonces, cuando todavía estoy mirando aquello de san Pablo que asegura que nada podría separarnos del amor de Dios, oigo que dice, él mismo y acto seguido (Romanos 9, 1-5):
Digo la verdad en Cristo, no miento, -mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo-,
siento una gran tristeza y un dolor incesante en el corazón.
Pues desearía ser yo mismo anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los de mi raza según la carne,
-los israelitas-, de los cuales es la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas,
y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.

La parte fácil, parece, es la de los judíos, sus hermanos, y su exposición en esos dos capítulos de la Carta, del 9 al 11, inclusive.

La que no es tan sencilla y no solamente para un servidor, cosa bien comprensible, son estos cinco inocentes versículos, y -ya que estamos hablando de apartarse del amor de Dios- especialmente el sentido del tercero.

viernes, 8 de agosto de 2008

Contraseñas (III)

Claro.

Si uno se pone a ver, ¿no hay claves y contraseñas en tantas cosas? ¿No hay llaves?

Claro que hay. Una clave es simplemente una llave. Y en un sentido importante, creo -y que no hay que olvidar, aunque es una cuestión que hay que tratar por eso mismo con sumo cuidado-, toda cosa tiene una llave que la abre, toda cosa puede sernos algo cerrado sin cierta llave. En los asuntos de este mundo y en lo que nos es connatural como, y con tanta mayor razón, en otras cosas que no alcanzaríamos en modo alguno por nosotros mismos sin una llave, precisamente.

Claro. Y con estos mismos datos podrían decirse hartos disparates. Y de hecho se han dicho y se dicen. Y se hacen.

Lo que no se mueve, sin embargo, es que el hombre tal, y como es, necesita mediaciones, intermediaciones. Algo, alguien que lleve y traiga; algo, alguien que abra y cierre, que nos permita entrarle a las cosas de la tierra. Y el cielo. Y aun algo, alguien que abra y cierre y de ese modo las mantenga fuera de nuestro alcance, llegado el caso.

Asunto delicado, por cierto.

El trato con cualquiera de esos mediadores, a su vez, no es fácil ni inmediato, si hay que decirlo así.

Por ejemplo.

Conocer es algo que el hombre hace a través de mediaciones. No ya que otro le enseñe algo, que ese otro es evidentemente un mediador. Aun conociendo solo y por sí, los hombres tenemos que recurrir a mediaciones, todas ellas especies de llaves que nos van abriendo, desvelando lo que queremos conocer.

Otro tanto con las palabras. Mediaciones también ellas, llaves también ellas y en un sentido bastante más preciso, contraseñas también ellas. Y cuánto se puede abrir o cerrar con ellas. Y hasta abrir para algunos y al mismo tiempo cerrar para otros.

El detalle y la enumeración serían tediosos ahora, creo.

No menos se ve el asunto, me parece, en el texto que cité en la entrada anterior. Aunque allí con una advertencia fuerte por lo que tiene de paradojal la juntura de llaves y portazos en el mismo pasaje.

Allí tenemos: un nuevo nombre para Simón bar Jonás: Pedro, y ambos nombres dichos uno al lado del otro, con toda intención por Jesús. Y más todavía: a Pedro, las llaves nada menos que para atar y desatar en tierra y Cielo. Nada menos.

Pero.

Inmediatamente, al mismo Pedro, al mismo nuevo Pedro, a la piedra fundante y sostenedora, al de las llaves, al que abre y cierra, al que ata y desata, a ese mismo Pedro, para inaugurar su mediación con llaves que abren y cierran puertas, que atan y desatan: un portazo en las narices.

Pedro, dice el texto, tomó aparte a Jesús y se puso a reprenderlo: ¿así nomás? ¿ya usando una contraseña?, ¿un poco de Inner Ring, para empezar, ya con sus llaves en la mano, y todavía sin estrenar? ¿Así que lo tomó aparte? ¿Y entonces se puso a reprender a Jesús?

Ah, sí.

Déle usted una llave a un hombre, mi amigo. Enséñele una contraseña. Y no estoy diciendo esto de Pedro. No solamente, no principalmente. Pedro, en este caso, significa ahora para mí un hombre, cualquier hombre acaso, ante las contraseñas y las llaves.
¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!
Y, sí.

Contraseñas, llaves, claves. Hay en toda cosa, se ve.

Pero usarlas es otra historia. Y saber usarlas es muy otra historia.

jueves, 7 de agosto de 2008

Contraseñas (II)

Seguro que es cosa mía, porque ahora estoy hablando de estas cosas, pero me parece que precisamente el texto de san Mateo que se lee hoy (16, 13 - 23), algo dice respecto de esta cuestión de las contraseñas.

Más lo miro, más me parece estar lleno de contraseñas y de asuntos de contraseñas en un grupo dentro de grupos, como alguno podría considerar a los apóstoles de Jesús.
Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?»
Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas.»
Díceles Él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»
Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»
Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo.
Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día.
Tomándolo aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!»
Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!

Y, sin embargo, con decir tanto y tan fuertemente dicho, parece que se refiere a algo tan distinto de las contraseñas y usos del Inner Ring...

Contraseñas (I)

Y, claro, está el asunto aquel de las contraseñas que mentaba días atrás.

Todo un asunto. Asunto enorme. Y hay tantas cosas a su alrededor, viera usted...

Por ejemplo: el club de los que no tienen club, la secta de los asectantes, la congregación de los disgregados.

¿Cómo? ¿Por qué empezar por ahí? ¿No es mejor ir por orden y atacar con la denuncia y pormenor de las sectas y capillas y congregaciones?

Qué sé yo. Me parece que no, fíjese usted.

Me parece que el fraude mayor es la libertad fingida, una que a veces se arroga los beneficios de la 'libertad de espíritu'; pero una tal que si se la llama libertad de espíritu, significa habitualmente libertad de quien la blande y esclavitud de quienes deben lamerla. Todo discretamente, por cierto, que para matones ya tenemos el cupo lleno...

Y es el fraude mayor, me parece, porque es la tentación mayor. Y por razones paradójicas, si vamos a ver.

Porque, creo que dos potentes motores de aquella supuesta libertad de la que hablo son, precisamente, una cierta y reptante voluntad de dominio y una como desesperada necesidad de pertenencia con su contracara: una angustiante necesidad de aceptación o reconocimiento. De ese matrimonio, suele salir una prole regular.

Por ejemplo, no vendría mal leer y releer The Inner Ring, de C. S. Lewis.

Pero, tal vez habría que ir por partes, que es asunto delicado por los matices.

Todo esto que digo y algunas cosas más que me quedan, se entiende, es asunto general que por supuesto pende de la necesidad social del hombre, necesidad que es tal porque lo social le es natural al hombre. Pero una cosa es que lo social esté inscripto en la imagen y semejanza que el hombre es, y otra cosa es que el hombre genere modos de sociabilidad a imagen y semejanza de sus infantiles modos de entenderse a sí mismo y entender su juntura con otros.

Por eso.

No hay apuro.

martes, 5 de agosto de 2008

Miscelánea de días (V)

El domingo, el cura leía como guión de su sermón una de esas revistitas de homilética que circulan bastante por las órdenes y congregaciones -sobre todo misioneras- y que estaban de moda hace una treintena de años, poco más o menos.

Ni bien ni mal, digamos, depende del contenido también, claro. Sobre todo si el buen cura no es un prodigio de luces o de sacra oratoria. Podría servirle y a los fieles.

Hace siglos, me acuerdo, hubo un santo franciscano en la parroquia, que rezaba misa de 7 de la tarde y predicaba con una de ésas.

Ahí se da cuenta uno de que se puede predicar bien con el Patozurú como toda guía en el atril y se puede predicar mal con los 217 tomos de la Patrologie latine y los 161 de la Patrologie grecque de l'abbé Jacque Paul Migne abajo del brazo.

Más todavía.

Buena parte de los que citan 'el' (¿?) Migne -en homilías o no- muestran con bastante claridad (aunque no se dan cuenta, creo) que o han leído -¿oído?- hilachas como si fuera que han leído el Patoruzú o han leído apenas el Patoruzú y dicen que han leído 'el' Migne.

Lo que puedo decir por mi parte es que algunas pocas veces he leído autores de allí y una sola vez en mi vida vi la colección completa en la biblioteca del Colegio San José de la calle Azcuénaga. Alguna vez se podría hablar del inquieto padre Migne, el periodista. Todo un personaje. Es bien curiosa nuestra ignorancia ilustrada...

El caso es que nuestro buen cura del domingo atacó el texto de Isaías. Y habló al pasar del Isaías político (no usó la palabra), que sostenía a los israelitas con promesas y esperanzas de buenas nuevas terrenales en medio de los infortunios de un mal gobierno, como el del rey Manasés (que dicen que de malo que era hasta terminó serruchando al propio profeta..., aunque después se vino bueno, se arrepintió y gobernó con bien...), tanto como de los infortunios y amenazas de destierros y bandazos de guerras y esclavitudes.

¿Hablaba de política Isaías? ¿Terciaba el profeta en las 'movidas' de su tiempo? ¿Era solamente profeta del Varón de Dolores y el Siervo Sufriente, en sus dos Venidas? Solamente, no. Principalmente, sí. Pero hay algunos asuntos políticos a los que no se los puede desgajar tan sencillamente de la Venida de Cristo. Y de las Venidas de Cristo. Es lo que hizo Isaías, me parece.

Aunque no habló de eso el cura, me obligó a mirar al Isaías que no estoy acostumbrado a mirar.

Están los últimos capítulos de su libro -esos que dicen que son de su escuela pero no escritos de su mano, eso no lo sé- y allí hay mucha 'política', no la nuestra claro, pero haber, hay. Y no poco sirve todavía.

Cuando es llamado a su misión de profeta, Isaías tiene este interesante diálogo con su Mandante (Is. 6. 5-13):
Y dije: "¡Ay de mí, que estoy perdido,
pues soy un hombre de labios impuros,
y entre un pueblo de labios impuros habito:
que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!"
Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa
en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar, y tocó mi boca y dijo:
"He aquí que esto ha tocado tus labios:
se ha retirado tu culpa,
tu pecado está expiado."
Entonces oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré? ¿y quién irá de parte nuestra"?
Dije: "Heme aquí: envíame." Dijo:
"Ve y di a ese pueblo:
"Escuchad bien, pero no entendáis,
ved bien, pero no comprendáis.
Haz torpe el corazón de ese pueblo
y duros sus oídos,
y pégale los ojos,
no sea que vea con sus ojos,
y oiga con sus oídos,
y entienda con su corazón,
y se convierta y se le cure."
Yo dije: "¿Hasta cuándo, Señor?"
Dijo: "Hasta que se vacíen las ciudades
y queden sin habitantes,
las casas sin hombres,
la campiña desolada,
y haya alejado Yahveh a las gentes,
y cunda el abandono dentro del país.
Aun el décimo que quede en él volverá a ser devastado como la encina o el roble,
en cuya tala queda un tocón:
semilla santa será su tocón."

Miscelánea de días (IV)

Alguien, creo que como al pasar y me parece que metafóricamente o buscando un efecto literario, dijo en medio de una conversación: "basta de contraseñas..."

No importa qué quiso decir. Fabuloso tema.

Fue hace unos cuantos días. Pero me ronda la frase. Me ronda, más bien, el mundo de contraseñas, que es más que la simple frase.

Ahora, cada vez que un cuadradito pide password, clave, contraseña, no puedo sino zambullirme en el asunto otra vez. Y eso pasa ¿cuántas veces al día? Parecen millones.

Hasta que uno se da cuenta. Y entonces parecen miles de millones.

¿Ventanitas, cuadraditos? No, mi amigo, no. Eso también. Pero con ser terrible la cantidad de pasadizos secretos en los cuales sin el santo y seña uno no hace nada, hay más que eso.

¿Cuántas contraseñas conocemos? ¿Y cuántas cosas que no sabemos que son contraseñas son contraseñas y las usamos casi mecánicamente como contraseñas? ¿Cuántas decenas de miles?

¿De cuántas contraseñas nos valemos para incluir, excluir, apartar, sumar, hacer saber, hacer ignorar, sojuzgar, asociar, hacer parecer, parecer hacer?

El que esté libre de password, que tire la primera clave...

Fabuloso tema.

Miscelánea de días (III)

Me parece raro ahora, pero la verdad es que lo primero que supe de Aleksandr Isayevich Solzhenitsyn, lo supe no por libros o políticas sino por una película que se hizo en el '70, Un día en la vida de Ivan Denisovitch, que además era su primera novela sobre prisiones y campos soviéticos. La vi en uno de aquellos cines que pasaban pelícluas raras, fuera de circuito, de arte, a poco de su estreno.

Era una película dura. Muy rusa, como suele decirse, y eso porque seguía la novela muy fielmente y no por sus autores que eran de distintas nacionalidades. Lenta, ominosa. El protagonista era el frío, más bien. La soledad. La rutina penosa. El dolor. El miedo.

A la distancia, y entre campos de hielo y sombras de hombres, recuerdo siempre una escena. Entre los confinados, había un noble. Andrajoso, harapiento. Un viejo, medio pelado, alto, refinado, de una mirada impresionante. A la hora de la única comida, de entre los harapos sacaba un pedazo de género mugriento, indefinido. Envolvía con esa servilleta una especie de cuchara de madera y con ella tomaba una especie diríamos de sopa. Un agua en la que flotaban hilachas de cosas y, en la escena que digo, un ojo probablemente de pescado. Erguido, semisonriente, grave, el viejo tragaba el ojo llevándose la cuchara a la boca con naturalidad y elegancia. Al terminar de comer, con cierta ceremonia, limpiaba la cuchara y la guardaba.

El fragmento de la carta del presidente ruso a la viuda y a los hijos de Solzhenitsyn, que acaba de morir (en diciembre habría cumplido 90 años), no es gran cosa. Salvo el hecho, claro, de la carta misma del presidente ruso en la tapa del boletín oficial de la Madre Rusia.

lunes, 4 de agosto de 2008

Miscelánea de días (II)

A propósito de una cita de estos días, me anoticia Margarita de que George Orwell tendrá su propia bitácora desde el próximo sábado.

Está la rareza de que Orwell ya escribió hace unos 70 años todo lo que va a publicar día a día, desde el sábado que viene y hasta como si dijera el 2012...

Pero está también mi sensación paranoica de que me sugieren que imite al inglés.

Al menos en eso de esperar un poco para escribir y publicar una bitácora.

No crean que es una mala idea...

Miscelánea de días (I)

Algunos apuntes, por ahora, que no hay tiempo para mucho más que para misceláneas en estos días.

Me llamó la atención un fragmento de la carta de san Pablo a los Romanos (8, 35 37-39), que se leyó ayer domingo. Para algunas ediciones, está en un llamado Himno del o al amor de Dios, que es el final de ese capítulo octavo de la carta.
¿Qué diremos después de todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con él toda clase de favores?
¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica.
¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?
¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?
Como dice la Escritura: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte; se nos considera como a ovejas destinadas al matadero. (Del Salmo 44, 23)
Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó.
Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales,
ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.

¿Qué podrá separarnos del amor de Dios, del amor de Cristo?, se pregunta con insistencia, con vehemencia san Pablo. Y la pregunta -que es inquietante ya de por sí- me fue más curiosa todavía por la forma urgida, apasionada. Y más todavía por ese fragmento que decía al principio, del versículo 38.

Por cierto que se da cuenta uno de que las enumeraciones que hay allí no son exhaustivas, sino programáticas, como si dijéramos, clases más bien y no cosas una por una.

Y dice san Pablo:
...ni lo presente ni lo futuro...
Pero en este caso en particular, ¿y lo pasado? ¿Por qué enumerar dos tiempos de tres posibles? Hay muchas cosas que no podrán apartarnos del amor de Dios, y de todo género de asuntos, y están aludidas.

Pero, si nombro tiempos del tiempo, ¿por qué presente y futuro y no el pasado?

¿Es que podría el pasado apartarme del amor de Dios? ¿O no hay que considerar en esto lo pasado, pues no significa? ¿O es una forma de decirlo? Será, si es eso, pero para uno que lee así nomás es una forma curiosa de decirlo y llama la atención.

¿Significa algo más esta mención de lo presente (neque instantia) y lo venidero (neque futura)? ¿Significa algo que no mencionara el pasado?

Dice santo Tomás comentando este pasaje:
Deinde posuit etiam creaturas sensibiles, quarum duplicem diversitatem ponit. Primo quidem secundum tempus, quo diversificantur secundum praesens et futurum. Unde dicit neque instantia, id est praesentia sive dolorem sive delectationem inferant (II Cor. IV, 18): non contemplantibus nobis ea quae videntur. Addit autem neque futura, quorum nec timor, nec desiderium potest nos separare a Christo. Unde dicebat (Act. c. XXI, 13): ego non solum alligari, sed et mori in Ierusalem paratus sum propter nomen domini Iesu. (Super Epistolam B. Pauli ad Romanos, Caput VIII, Lect. VII)
Habría que verlo.

Si la potencia de las cosas presentes con los dolores y amores que suscitan, si la expectativa de lo que vendrá con los temores o deseos que mueven en nosotros no podrían apartarnos del amor de Dios, ¿no hay dolor y amores, temores y deseos en lo pasado, de lo pasado, que pese a su potencia no podrán tampoco ellos apartarnos del amor de Dios?

Habría que verlo.