domingo, 20 de julio de 2008

Versos de piedra (IV)

Entre las cosas con las que di, también había un poco de actualidad.

El 14 de junio de 1906, en el número 8 de La Comuna, el zamorano Manuel González Castro, que residía desde muy joven en la ciudad y que murió en 1920, firmó estos versos, que copio tal y como los encontré transcriptos en una historia del periodismo local.
Los políticos

“Cuando un político aspira
á ocupar un alto puesto,
gentil, gallardo y apuesto,
por su sección sale en gira.

“Llega á una localidad,
y anuncia una conferencia
habla de honor y conciencia,
porque es su especialidad,

“Habla de hombres arbitrarios,
de Reyes é Inquisidores;
y de inícuos dictadores,
de ilotas, y de falsarios.

“Dice, que los adversarios
al pueblo insultan y engañan;
que su limpia historia empañan:
que no tienen partidarios.

“Del poder se apoderaron
dice -con mucha vehemencia-
por el fraude y la inconsciencia,
de los hombres que compraron.

“Es tiempo ya, Ciudadanos,
que desperteis del letargo;
y me deis á mi el encargo,
de castigar los tiranos.

“Y una vez en el poder,
venid á mi, sin recelo,
que si no es plata; el consuelo,
nunca les haré perder.

“Al encumbrarme en la meta
desprovisto de ambiciones,
han de surgir bendiciones,
de los cantos del poeta.

...........................................

“Por fin la oración termina
y el político muy ufano
desciende sombrero en mano
cuando la noche declina”.

No tiene la culpa el autor de que el tema no fuera inédito ya en aquellos años, en los que apenas si había partidos. En cualquier caso, es interesante también -y medio obvio- que no fuera inédito entonces, ni lo sea ahora.

Ciento dos años después, según parece, el zamorano sigue escribiendo los mismos versos, aunque La Comuna haya desaparecido a mediados de los ’40 y él un cuarto de siglo antes.

Hasta donde se ve, nadie lo acusaría de ir repetiéndose década tras década.