miércoles, 9 de mayo de 2007

A un vino

Un vino alegre y hondo me desdice.
Fragante baja en tánicas razones
a un corazón azul, como de frío,
sorprendido de amor, preso de mosto.
Y en mosto erguido y en dolor oculto
sonríe, esquivo, amante, y me concede
premisas elegantes y ligeras
tintas de gozo azul, como de cielo.
Es borgoña la tarde y es borgoña
un sorbo de una luz que sube y luce.
Ya trashuma ese vino en los hondones
que guarda el corazón como un gendarme.
Y en tibios ayes gime hasta que calla.
Se vuelve copa en dicha. Y me desdice.