viernes, 26 de enero de 2007

Língua portuguesa

La ignorancia tiene ciertas ventajas: la sorpresa del encuentro.

A Olavo Bilac yo no lo conocía y todo el Brasil sí, porque, por ejemplo, el llamado Príncipe de los poetas brasileños, entre cientos de poemas les compuso un himno a la bandera (del que nada diré).

Unas cuantas cosas suyas descubrí y vi que se dice que fue buen sonetista; esto es, que se le daba el soneto con pulimento casi natural, pese a que él mismo sostiene que para que sea bello, tiene que parecer natural, aunque no lo sea en modo alguno. Arte como segunda naturaleza, que le dirían, poco más o menos. Algo, después de todo, del preciosismo de parnasiano que era (1865-1918, contemporáneo de Darío y de Lugones), que aquí se ve:
A um poeta

Longe do estéril turbilhão da rua,
Beneditino, escreve! No aconchego
do claustro, na paciência e no sossego,
trabalha, e teima, e lima, e sofre, e sua!
Mas que na forma se disfarce o emprego
do esforço; e a trama viva se construa
de tal modo, que a imagem fique nua,
rica mas sóbria, como um templo grego.
Não se mostre na fábrica o suplício
do mestre. E, natural, o efeito agrade,
sem lembrar os andaimes do edifício.
Porque a beleza, gêmea da Verdade,
arte pura, inimigo do artifício,
e a força e a graça na simplicidade.
Me compró un poco, sin embargo, con este soneto:
Língua portuguesa

Última flor do Lácio, inculta e bela,
és a um tempo, esplendor e sepultura:
ouro nativo, que na ganga impura
abruta mina entre os cascalhos vela...
Amo-te assim, desconhecida e obscura.
Tuba de alto clangor, lira singela,
que tens o tron e o silvo da procela,
e o arrolo da saudade e da ternura!
Amo o teu viço agreste e o teu aroma
de virgens selvas e de oceano largo!
Amo-te, ó rude e doloroso idioma,
em que da voz materna ouvi: "meu filho!",
e em que Camões chorou, no exílio amargo,
O gênio sem ventura e o amor sem brilho!
Como tiene su melancolía sencilla este otro, como de tango:
Nel mezzo del camin...

Cheguei. Chegaste. Vinhas fatigada
e triste, e triste e fatigado eu vinha.
Tinhas a alma de sonhos povoada,
e alma de sonhos povoada eu tinha...
E paramos de súbito na estrada
da vida: longos anos, presa à minha
a tua mão, a vista deslumbrada
tive da luz que teu olhar continha.
Hoje segues de novo... Na partida
nem o pranto os teus olhos umedece,
nem te comove a dor da despedida.
E eu, solitário, volto a face, e tremo,
vendo o teu vulto que desaparece
na extrema curva do caminho extremo.
Sin embargo, bastante de lo que leí me dejó perplejo. No sé si es "hijo" de Baudelaire o de Voltaire. Tendré que leerlo más, para ver mejor, porque no es lo mismo.

Es muy verdad que hay en su obra mucho del modo de ser y de pensar y de sentir y de decir de la época. Una lástima, pienso, porque detrás de la cobertura y la pose de impío y satírico comecuras, de librepensador y zafado, hay un pasadizo a la belleza.

O será que era simplemente un hombre estético, sin más, como muchos son y no saben. O que algo de razón tiene el brulote de León Bloy contra el Arte-parásito-aborigen-de-la-antigua-Serpiente que dice Castellani que dice el francés en Belluaires et Porchers, más o menos para esta misma época (1905)...

En fin: habrá que ver.

Un bocadillo, entretanto. En una tonta trivia que hay por allí, reza lo siguiente:
Olavo Braz Martins dos Guimarães Bilac has exactly twelve syllables- which makes it an alexandrine verse. Fervent fans see in this that Bilac was pre-destinated to poetry.
Más seriamente, la versión en portugués no registra semejante dislate (a mi modo de medir, al menos): ni hay allí 'exactamente' doce sílabas, ni hay alejandrinos de 12, sino de 14, que yo sepa. Incluso para que sume catorce -rães tienen que ser dos sílabas (lo que supongo) y Bilac tiene que ser aguda (lo que no sé...) Si en cambio -rães es una sola sílaba, para que dé 12 Bilac tiene que ser grave, pero eso igual no es un alejandrino...

Por lo que deduzco que los fervent fans -y el redactor- habrán estado pagándose unas vueltas de cachaça y así cualquiera ve 12 y ve alejandrinos y sobre todo predestinaciones a la poesía. O a toda otra suerte de cosas.