jueves, 23 de noviembre de 2006

Pintadas

Creo que es en la Plaza de Mayo, cerca del Cabildo, si no es en la misma pared del Cabildo, para el lado de H. Yrigoyen.

Allí, el martes, vi una 'pintada':
Ni pueblos en guerra
Ni clases en paz
Está todo allí, creo. Brillante concisión.

Tal vez sean tiempos para pintadas y para pensar en ahorrarse millones de kilos de papel y de palabras. Podría ser un signo de estos tiempos. Y no digo que sea por sí un signo auspicioso. A veces parecería que vivimos en un mundo que empeña sus galas intelectuales en los titulares y en las paredes. Conmoción, antes que nada. Y breve.

Es cierto que una ideología por compleja y aburrida que resultare, siempre es una simplificación más o menos brutal. Como las pintadas son simplificaciones habitualmente creativas de simplificaciones habitualmente aburridas. Pero tienen la propiedad de decir en pocas palabras lo que no siempre es tolerable en muchas.

Me acordé de otra, que todavía sobrevive en una pared de Hurlingham, cabe la vía:
Guarda, fachos, Maradona es zurdo...
Y otra que estaba en Bellas Artes, dicen, en el París del '68:
Dejemos el miedo
a lo rojo para los
animales con cuernos.
O aquella otra espléndida, que dicen que estaba en la Escuela de Lenguas Orientales:
La muerte es necesariamente una contra-revolución.
Y de otra más que estaba por varias partes en el Buenos Aires de los '80:
Plebiscito, las pelotas...